Aprovechará para denunciar el impeachment en foros internacionales: fuentes del gobierno
El STF incluye en la investigación sobre Petrobras las delaciones contra Lula y la mandataria
Viernes 22 de abril de 2016, p. 31
Río de Janeiro.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, viajó este jueves a Nueva York, donde este viernes se firmará el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, y dejó las funciones del Ejecutivo al vicepresidente Michel Temer, cuyo Partido del Movimiento Democrático Brasileño apoya el proceso de impeachment en curso contra la mandataria.
Jaques Wagner, jefe de gabinete, indicó que Rousseff no podrá dejar de manifestar su indignación por el golpe que se está fraguando en Brasil
, aunque no precisó si haría una denuncia en la Organización de Naciones Unidas o en contactos posteriores en Nueva York.
Fuentes gubernamentales citadas por las agencias internacionales de prensa indicaron que en su discurso ante otros líderes mundiales Rousseff aprovechará para hacer referencias elegantes
y sutiles
al proceso de destitución que enfrenta, lo que generó críticas de la oposición.
El senador José Agripino, del derechista partido Demócratas, atribuyó el viaje de Rousseff a un gesto de desesperación para tratar de explicar lo inexplicable y sensibilizar foros internacionales que no la conocen
. Para el senador Cassio Cunha Lima, del Partido de la Social Democracia Brasileña, del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, sería un crimen de lesa patria
.
En este contexto, unos 60 jóvenes desplegaron pancartas frente a la residencia privada del vicepresidente en Sao Paulo con la frase: Temer golpista
.
Si el Senado acepta proseguir con la denuncia contra Rousseff, acusada de irregularidades fiscales, la mandataria será apartada del cargo por un máximo de 180 días mientras se desahoga el caso, periodo en el que Temer asumiría el poder.
En otra mala noticia para la gobernante, el Supremo Tribunal Federal incluyó en la investigación sobre la trama de corrupción en la estatal Petrobras parte de las delaciones premiadas
del senador oficialista Delcidio do Almaral que involucran a Rousseff, a su predecesor Lula da Silva y al vicepresidente Temer, aunque eso no significa que el STF abrirá forzosamente una investigación sobre ellos, precisó la estatal Agencia Brasil.
Según las confesiones de Amaral, Rousseff estaba perfectamente al tanto
del proceso de compra de una refinería en Pasadena, Estados Unidos, que resultó ruinoso para Petrobras; Lula habría tratado de interferir para que el ex director del área internacional de Petrobras, Nestor Ceveró, desistiera de llegar a un acuerdo de delación premiada con la justicia. Y Temer habría apadrinado
el nombramiento de un director de BR Distribuidora, subsidiaria de Petrobras. Los tres han negado las acusaciones.
En más reveses para la gobernante del izquierdista Partido de los Trabajadores, la juez María Moura, del Tribunal Superior Electoral (TSE), examina si la campaña de la fórmula Rousseff-Temer en 2014 recibió dinero procedente de los sobornos de la red de Petrobras, y ordenó a la policía reunir evidencias. La juez podría declarar nulas esas elecciones y convocar a nuevos comicios, salida que es preconizada por numerosos políticos, si bien los especialistas afirman que difícilmente habrá una decisión antes de 2017.
La esposa de Joao Santana, publicista de las campañas presidenciales de Rousseff y Lula, dijo a fiscales que el ex ministro de Hacienda Guido Mantega sirvió de intermediario
de una contabilidad paralela para financiar la campaña Rousseff-Temer de 2014, informó el diario O Globo.
Monica Moura, que colabora con la justicia, declaró que recibió con Santana unos 10 millones de reales (2.8 millones de dólares al cambio actual) de empresas relacionadas con la corrupción en Petrobras que no entraron en las cuentas oficiales de la campaña.
Los diarios Estado de Sao Paulo y O Globo reportaron que algunos de los siete jueces del TSE respaldaron separar los casos contra Rousseff y Temer, decisión que garantizaría la supervivencia política de Temer si la mandataria es sacada del poder o si el mismo TSE vota para anular la elección de 2014.