Inspirado por una frase escrita en una playera del futbolista argentino Carlos Tévez, el álbum más reciente del grupo The Cult, titulado Hidden City, aborda no sólo la idea de que el mundo atraviesa por un periodo de caos, violencia y materialismo, sino que también refleja un cambio en la conciencia humana, expresó su vocalista Ian Astbury, para quien esta época de transformación, en la que se comparten las responsabilidades globales es una oportunidad para enfrentar muchas injusticias, desequilibrios en la naturaleza, en la política, en las relaciones con los demás; y en la que la creatividad es muy importante.

Vivir en este tiempo es estimulante, emocionante. Es genial para un artista, porque creo que ellos tienen la capacidad de inspirar a la gente a hacer (cosas), quizás explorar sus propias vidas e identidades. Hay muchos escritores, cineastas, músicos que me han inspirado, aunque también el arte y la creatividad surgen de experiencias de vida, detalló el músico inglés, quien se presentará con su banda en la Ciudad de México esta semana.

Me interesa la gente que actúa con el corazón

El grupo, también integrado por Billy Duffy (guitarra) y John Tempesta (batería), es el invitado para abrir los conciertos que los estadunidenses Guns N’ Roses ofrecerán hoy y mañana en el Foro Sol, en los que presentará el mencionado disco, el décimo en su carrera y el primero en tres años, con el que concluye la trilogía que se inició en 2007 con Born Into This y que continuó en 2012 con Choice of Weapon.

El álbum se creó a partir de la oración Ciudad oculta, impresa en una playera utilizada por Tévez durante la temporada que jugó en el equipo italiano Juventus de Turín, para celebrar sus anotaciones, la cual llamó la atención de Astbury. “Descubrí que es el barrio donde él creció, en Buenos Aires. (Con ella) le dice a sus amigos, a su familia, ‘Hey, miren, aquí estoy, soy yo. Carlitos Tévez, jugando en los niveles más altos en Italia, pero estoy pensando en ustedes. Estoy orgulloso de donde vengo’”, relató en entrevista vía telefónica con La Jornada.

“Pensé que eso es algo muy apasionado y hermoso, porque surgió de su corazón. Entonces, medité sobre la idea de la gente que actúa desde el corazón. Hidden City es el corazón, (pues) tengo la impresión de que mucha gente no se alegra mucho de sí misma.

Ahora estamos en un tiempo de caos, de violencia; nuestra relación con nosotros mismos es difícil. Vivimos en un tiempo en el que es muy desafiante, especialmente para la gente joven, heredar esta situación. Así que nos encontramos en un punto para hacer mejor las cosas, para mejorar nuestras vidas.

Apasionado de las grandes ciudades, porque creció y vivió en por lo menos cuatro, entre ellas Liverpool, Glasgow y Belfast, lugares de clase trabajadora y multiculturales, antes de llegar a Los Ángeles, donde reside en la actualidad, para Astbury “tocar con Guns N’ Roses es genial, pero hacerlo en la Ciudad de México es mucho más emocionante. Es una metrópoli enorme, muy poblada. Me encanta la vibración en la calle, su energía, su arquitectura, que es ¡impresionante! Es un lugar que sorprende la mirada, es un lugar hermoso, caótico y todo funciona”.

El músico inglés detalló que en ambas presentaciones, en las que dispondrán de 50 minutos, “tocaremos canciones desde los comienzos, de los discos Sonic Temple, Love, Electric y The Cult, así como algunas canciones nuevas –como GOAT, su sencillo más reciente–, y algo de Beyond God and Evil; temas como Rise, Fire Woman, Wild Flower, Lil’ Devil”, entre otras. “Tenemos un set muy bueno”, adelantó.

Para él, tanto The Cult como Guns N’ Roses son grupos “sobrevivientes. Somos bastante outsiders, a pesar de que tuvimos éxito comercial. Este momento de Guns N’ Roses es muy relevante para los medios, son gente creativa, son artistas, su música es muy importante. Pero no estamos en la cultura popular. Ahora, lo dominante, especialmente en Estados Unidos, son el hip hop y el pop. El rocanrol nunca estuvo hecho para el mainstream, así que creo que de alguna forma estamos celebrando ser outsiders y sobrevivientes”.

Con 30 años sobre los escenarios Ian Astbury detalló que, como músico, la experiencia más increíble es tener la oportunidad de viajar y darse cuenta de que, adonde quiera que se vaya, ya sea la Ciudad de México, Buenos Aires, Tokio, Los Ángeles o Nueva York, la gente tiene los mismos miedos, los mismos deseos, quiere ser amada, ser vista, saber que todo estará bien. Una de las mejores cosas de la música es la emoción, la humanidad que transmite.