Analizan crear escuelas de reconciliación
Domingo 17 de abril de 2016, p. 10
Ante la situación de violencia que se experimenta en diversas regiones de México, los obispos del país analizan emprender estrategias de reconstrucción del tejido social y escuelas de reconciliación, perdón y paz a escala nacional. Hasta ahora hay iniciativas en algunas de las diócesis más afectadas por la inseguridad, pero frente a la magnitud del problema y el daño que esto genera en las víctimas se requiere un esfuerzo conjunto
, señaló Juan Armando Pérez Talamantes, obispo auxiliar de Monterrey.
En entrevista con La Jornada, el prelado refirió que la intención es que desde el episcopado se promueva una estrategia que aglutine esas tareas, ahora dispersas en varias demarcaciones religiosas.
Hay diócesis que han avanzado en este tema. De parte del episcopado se nos ha propuesto conocer estas escuelas que van a aportar este impulso y luz a los trabajos que ya tenemos. Creemos que es momento de darle un impulso más común; trabajar algo más con la comunidad; cada quien ha tratado de responder en su diócesis, pero necesitamos un esfuerzo conjunto, y ahí vamos
.
En la arquidiócesis de Monterrey, el arzobispo Rogelio Cabrera López estableció un departamento arquidiocesano para la atención a víctimas. Esta es una inquietud a nivel nacional de parte de los obispos; tenemos que alentar este renglón, en Monterrey tenemos muchas familias lesionadas por la violencia de los años pasados, más los que se sigan acumulando. Este departamento de arquidiócesis de Monterrey coordinará las labores llamando a expertos en psicología, médicos y sacerdotes
.
Apuntó que acciones similares se realizan en muchas parroquias donde se han establecido Escuelas de Perdón y Reconciliación (Espere), a semejanza de lo que ocurre en la arquidiócesis de Acapulco, las cuales han proliferado y atienden a víctimas de todo tipo de violencias.
Trabajo por la paz
En Nuevo Laredo la Iglesia católica ha establecido escuelas de la paz y programas que se proponen a los colegios
de esta religión y a otras escuelas que tienen la inquietud de trabajar por la paz, pero ahora los obispos queremos una labor de coordinación más clara, fuerte y estructurada
, indicó.
Expuso que el dolor por la violencia en muchas ocasiones provoca que las familias se cierren en sí mismas, a veces caen en una espiral de dolor que no tiene alivio, no ven la vida con esperanza
e indicó que otra arista del fenómeno es que la violencia engendra violencia y trae resentimientos muy fuertes
, además de problemas económicos, separaciones y ausencias
.
Manifestó que aunque ahora en Monterrey no se ven persecuciones, balaceras y muertes en la calle, la situación sigue estando allí, aunque no sea tan aparatosa o visible
como hace algunos años, y todavía se requieren iniciativas para atender a las víctimas.
Nuestra provincia eclesiástica está formada por parte de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas y estamos preocupados porque sigue habiendo ahí situaciones muy difíciles
, resaltó.