El Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) cumplió 55 años de vida con una baja en el número de científicos.

La primera institución a escala mundial que descubrió el genoma del maíz y la única en América Latina que diseña y construye detectores a la Organización Europea para la Investigación Nuclear ha pasado por épocas de mayor y menor crecimiento, pero los últimos dos años han sido más bien de decremento.

Lo anterior fue dado a conocer ayer por el director general del instituto, José Mustre de León, al encabezar la ceremonia por el 55 aniversario de su creación. De 675 investigadores pasaron a 660; no es mucho, pero es la primera vez en la historia del Cinvestav que en dos años consecutivos hay una disminución de especialistas, precisó en entrevista al término de la ceremonia.

Además de que no han podido contratar más, debido a la situación presupuestal, la edad promedio de los investigadores es de 55 años, otros tienen entre 70 y 80 años, así que pronto algunos se retirarán, señaló en el auditorio Arturo Rosenblueth del Cinvesav, en Zacatenco.

En 2016 a la institución asignaron más de 2 mil 200 millones de pesos. Adicionalmente, generamos otros 800 millones con proyectos financiados por agencias, agregó Mustre de León. Conservar la preponderancia no depende del Cinvestav, sino de que la Secretaría de Educación Pública nos siga proveyendo las facilidades para lograrlo, aseveró.

Modelo innovador

El instituto se creó en 1961 con un modelo innovador que cambió la manera de hacer investigación en México, cuyos resultados se han consolidado a través del tiempo, dijo René Asomoza y Palacio, ex director general del Cinvestav.

El año pasado se graduaron 280 estudiantes de doctorado. Es un número muy importante, pues en la Universidad de Ohio, la de mayor matricula, anualmente lo hacen 313, así que tenemos una cifra cercana, dijo José Mustre.

Actualmente cerca de 5 mil estudiantes cursan una maestría o doctorado en el Cinvestav y casi 12 mil se han graduado de esa institución a lo largo de esos años, lo que representa la quinta parte de toda la capacidad que tiene el país de crear investigación, apuntó.

Entre sus logros, además de haber obtenido la secuencia del genoma del maíz –que es tres veces más grande que el del ser humano–, los científicos formados en el Cinvestav desarrollaron cultivos de piel para el tratamiento de quemadura graves. Asimismo, entre 1975 y 1990 el Cinvestav diseñó los libros de texto gratuitos.