Washington.

Por cuarta vez en un año el Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó su previsión de crecimiento mundial, tras apuntar a la desaceleración de China, la persistente baja en los precios del petróleo, así como la debilidad crónica en algunas economías avanzadas. Incluso advirtió sobre señales de peligro en las economías emergentes, debido al ensombrecido panorama mundial y al derrumbe de los precios de las materias primas.

El Fondo, que realizará su reunión semestral junto al Banco Mundial esta semana en Washington, prevé que la economía mundial crezca 3.2 por ciento en 2016, en lugar de 3.4 por ciento previsto en enero pasado.

Para América Latina y el Caribe prevé contracción de 0.5 por ciento en 2016, un crecimiento negativo por segundo año consecutivo, debido a la recesión en Brasil y un desempeño moderado en México.

Para la economía mexicana el FMI redujo la previsión de crecimiento de 2.6 por ciento pronosticada en enero, a 2.4 por ciento, debido al impacto de factores externos como la caída del precio del petróleo y un debilitamiento del sector industrial estadunidense. Sin embargo, Oya Celasun, directora de la división de estudios mundiales del FMI, señaló que México tendrá un desempeño robusto gracias a la competitividad de su divisa y a su integración con la economía de Estados Unidos.

Por su parte, el Banco Mundial calcula que en México, América Central y el Caribe –que dependen menos de las exportaciones de materias primas y están más estrechamente ligados a la recuperación económica estadunidense–, el crecimiento se mantendrá positivo en 2.5 por ciento durante 2016, señaló el organismo en un comunicado.

En el informe semestral El ciclo de los commodities en Latinoamerica: espejismos y dilemas, el Banco Mundial reconoce que, si bien transitorio, el auge de los commodities tuvo un impacto real y positivo en las vidas de los consumidores pobres, inaugurando una transformación social sin precedente que redujo la pobreza a la mitad, engrosando las filas de la case media.

El Fondo advirtió sobre el riesgo de estacancamiento y dijo que un crecimiento más débil podría hacer que la economía mundial sea más vulnerable a depreciaciones de divisas o empeoramiento de conflictos geopolíticos.