El Museo Martin Gropius Bau aloja la exposición El lenguaje de la belleza
Antes fueron los mexicas y Teotihuacán, celebra Gereon Sievernich, director del recinto
Miércoles 13 de abril de 2016, p. 6
Berlín.
El Museo Martin Gropius Bau de Berlín vuelve a mostrar el esplendor de la cultura mexicana, esta vez de la mano de Los mayas: el lenguaje de la belleza.
Gereon Sievernich, director de ese recinto, expresó con entusiasmo el privilegio de esa institución, que dirige desde 2001, por exhibir la riqueza de esa civilización precolombina.
Hemos trabajado entre tres y cuatro años en la preparación de esta muestra y estoy muy agradecido con mis compañeros mexicanos por el trabajo conjunto con quienes ya he tenido experiencias pasadas en 2006 con la exposición de los aztecas y en 2010 con la de Teotihuacán.
Sievernich recomendó ampliamente al público alemán visitar en México el bello
estado de Yucatán, de donde provienen la mayor parte de las piezas de la exposición.
Yo soy tú, tú eres yo
Saúl Ancona, titular de la Secretaría de Turismo de Yucatán, respondió halagado; destacó la trascendencia cultural para el estado de esta exposición en la capital alemana e invitó al público asistente con la frase que revela uno de los aspectos de la cosmovisión maya, “Yo soy tú, tú eres yo (Ich bin Du, Du bist ich, en alemán).
Unas 300 piezas provenientes de 28 instituciones mexicanas ocupan 12 salas que suman 800 metros cuadrados.
La curadora de la exposición, Karina Romero Blanco, detalló las líneas temáticas que estructuran esa muestra sobre la cosmovisión maya.
La primera línea son piezas que resaltan el cuerpo como lienzo en multiplicidad de formas, el uso del cuerpo y el rostro como superficie moldeable.
Otra es el cuerpo con ricos atuendos, elaborada joyería de jade y muestra de textiles del cenote sagrado de Chichén Itzá.
La correspondencia entre el hombre y el animal, la asociación íntima mediante la noción del nahualismo es el tercer tema de la exposición.
La cuarta y última línea temática son las deidades mayas, las fuerzas de la naturaleza y su influencia sobre el hombre.
La historia entre la cultura maya y Alemania va de la mano de investigadores alemanes como Teobert Maler, que dedicaron buena parte de sus vidas a explorar las ruinas mayas. Maler residió en Mérida hasta su muerte, ocurrida en 1917.
En la actualidad las investigaciones y publicaciones del mayista alemán Nikolai Gruber constituyen otro puente cultural científico.
Sin embargo, tal vez una afortunada casualidad haya sido la que sembró la semilla de la historia entre Berlín y los mayas, cuyo esplendor ahora se exhibe en el Gropius Bau.
En 1945, en las ruinas del Berlín destruido por los bombardeos, se encontraban abandonadas numerosas cajas con libros de algunas de las bibliotecas de la ciudad.
Llamó la atención de un soldado ruso un libro sobre los mayas; lo recogió y se lo llevó a casa. Su fascinación por lo revelado en aquel libro lo llevó a trabajar durante años sobre la escritura maya.
Aquel soldado ruso era Yuri Knórosov, quien en los años 50 del siglo pasado creó un método matemático para descifrar la escritura maya.