Tener diabetes o hipertensión arterial duplica el riesgo de que los pacientes sufran uno o más infarto al corazón, y la probabilidad de morir por esta causa es todavía más elevada. De hecho, una tercera parte de los fallecimientos que se registran en México son consecuencia de afecciones cardiovasculares. Por eso, el seguimiento clínico de los enfermos es indispensable, pero en el Hospital General de México, alrededor de mil de ellos se quedaron abandonados desde el pasado primero de marzo, cuando la autoridad del nosocomio rescindió el contrato del doctor Guillermo Fanghänel Salmón, quien dirigía la Unidad de Factores de Riesgo Cardiovascular en el servicio de Cardiología.

Con 46 años de trabajo en el Hospital General de México, primero en el Departamento de Endocrinología, que también dirigió, y luego en Cardiología con la unidad que creó hace 15 años, el especialista sigue sin entender el motivo de la rescisión de su contrato.

Sólo le dijeron que había acumulado ocho faltas laborales y aunque el también investigador nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) presentó la evidencia de su asistencia en cada uno de esos días, el caso se turnó al área jurídica.

El médico sabe que en diversas ocasiones, del área de Recursos Humanos lo fueron a buscar mientras él y su esposa, la doctora Leticia Sánchez –a quien también le rescindieron el contrato– se encontraban en alguna interconsulta en otra área del hospital, dando clases o en la biblioteca.

Sin embargo, el último día de febrero le notificaron su despido a él y a la doctora Sánchez, quien era jefa de la clínica de Diabetes del servicio de Cardiología.

Ya estaba pensando en jubilarme, creo que ya cumplí y lo puedo hacer, pero no me parece justo. Yo debo salir por la puerta correcta, señaló el médico. La Jornada solicitó al Hospital General de México información sobre este tema, pero no hubo respuesta.

En entrevista, Fanghänel comentó lo incomprensible que le resulta este asunto luego de su larga trayectoria en el nosocomio y de que durante los últimos tres años aceptó, junto con los médicos del área, trabajar en cubículos provisionales con techo de lámina mientras se construye un nuevo edificio para seguimiento clínico.

El proyecto inició hace tres años; está en obra negra y se puede tardar otros tres años, no sabemos, indicó el especialista, que cuenta con un vasto currículum, donde da cuenta, entre otras actividades, que ha sido director de Investigación en el Hospital General de México, fue el primer jefe de Enseñanza de la Secretaría de Salud en la década de los 70, es profesor desde hace 46 años de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México y ha publicado cinco libros y 300 artículos.