A los diputados les corre prisa por aprobar los dictámenes que les pongan enfrente. Ayer en la sesión ordinaria celebrada en San Lázaro se enlistaron 107 iniciativas con los temas más diversos, todos ellos alejados de las prioridades que sus propios coordinadores han impuesto para el próximo mes, el último del actual periodo ordinario de sesiones.

Los usos y costumbres se han impuesto en el órgano legislativo. El inicio de los trabajos se retrasa en cada sesión por lo menos media hora, y ayer no fue la excepción. El presidente en turno ofrece entrevistas maratónicas y con una línea discursiva previsible, mientras espera se alcance el quórum. Empiezan los trabajos legislativos con una asistencia de 337 diputados (de un total de 500).

Así se enlistaron iniciativas para reformar las leyes federales de los impuestos sobre automóviles nuevos y del valor agregado; para expedir la ley del salario mínimo; para inscribir en letras de oro, en el Muro de Honor del salón de sesiones, el nombre de Juan de Dios Bátiz Paredes; reformas a la Ley Agraria, o modificaciones a la Ley Federal de Autotransporte.

La muestra más evidente de la escasez de temas de fondo, la evidenció en tribuna el diputado Jonadab Martínez, de Movimiento Ciudadano, quien presentó una iniciativa de reforma a la Ley de Obra Pública y a la Ley Federal del Trabajo, para que en todos los edificios públicos donde se ubican sanitarios para mujeres y hombres se instalen cambiadores de pañales para bebé.

Esa propuesta generó toda clase de comentarios y suspicacias. Un diputado muy avezado fue lapidario: Por qué no demandó al gobierno la instalación de bebederos en todas las escuelas. Lo evidente con todo esto no es que haya muchas iniciativas, ¡sino muchos diputados con iniciativa!, dijo.

Así, con una actitud de provinciano, Jonadab Martínez solicitó permiso a la presidencia cameral: con su venia, señorita presidenta. Muy buenas tardes, compañeros y compañeras.

Vendió la idea de que su iniciativa sería aceptada por todos, pues la mayoría somos padres, y ustedes, las damas de este recinto, la mayoría también son madres de familia.

Continuó con su perorata para justificar el contenido de su propuesta: hoy día a veces apostamos a que somos buenas personas, apostamos a que en México hay muy buenas voluntades; lamentablemente, a veces no es así, tan no es así que hace muchos años tuvimos que legislar en favor de algo tan útil para todos nosotros como son los sanitarios, pudiera decirse algo de risa y de broma, pero en la legislación actual mexicana está la inclusión de sanitarios para hombres y mujeres en todos los edificios de orden público.

En la exposición adujo que podría resultar intrascendente su iniciativa, pero créanmelo que quien es padre y quien a veces le toca cambiar a su bebé el pañal es algo necesario. Y déjenme decirles que la inversión real de un cambiador de pañal para bebés es de 2 mil a 3 mil pesos, y su vida útil es de cinco hasta 10 años, si tiene buen mantenimiento. Algo que pareciera sencillo, que no genera gran presupuesto, pero créanmelo que, especialmente diputadas de este recinto, es muy útil, no me dejarán mentir, cuánta falta hace en México esta conciencia.

Además, su iniciativa contempla la instalación de salas de lactancia. Lamentablemente nuestra legislación menciona que se impulsarán las salas de lactancia en todos los edificios de orden público, pero esa buena voluntad de impulsar ha dejado a muchos edificios con solamente la buena voluntad de impulsar, lamentablemente no se ha aterrizado como una obligatoriedad, argumentó.