Miércoles 16 de marzo de 2016, p. 11
Maxcanú, Yuc.
Hace tres años Fátima del Rosario Chai llegó a la Casa del Niño Indígena Cecilio Chi para continuar sus estudios y realizar el bachillerato, pues las complicaciones logísticas e insuficiencias alimentarias, según dijo, le impedían continuar su formación. Hoy, tuvo el privilegio de ser la oradora ante el presidente Enrique Peña Nieto durante la firma de un convenio a favor de los estudiantes indígenas que culminó con una insospechada invitación: volar con el mandatario a la capital para conocer la residencia oficial de Los Pinos.
De palabra fluida, Fátima expuso ante Peña Nieto y el cantante Miguel Bosé, cuya Fundación Patrimonio Indígena Mx firmó el convenio, sus inquietudes académicas, su pretensión de estudiar ingeniería civil y, sus deseos políticos para ser algún día alcaldesa, alcanzar la gubernatura y, por que no, presidenta de la República.
Peña Nieto la escuchaba y acuso recibo de las pretensiones de la joven maya para retomarlas en su intervención. Ya te destapaste Fátima
, sintetizó el mandatario en involuntaria remembranza de los rituales políticos del viejo régimen.
Y el mandatario no se detuvo ahí. Comentó las preguntas que Fátima le expresó durante el evento: ¿cómo era la Ciudad de México? ¿Cómo era Los Pinos?
Fátima me comentó que no conocía la Ciudad de México, que no conocía Los Pinos. Te voy a invitar Fátima, hoy. Hoy se va a ir conmigo. Me la voy a llevar, si me lo permiten, para que me acompañe a la Ciudad de México, conozcas un poquito y regreses nuevamente y aquí les platiques a las niñas y los niños, de este albergue tu experiencia
.
Concluido el acto, Fátima abordó el helicóptero de la Fuerza Aérea que transporta al presidente, para dirigirse a Mérida, donde, para entonces ya acompañada de Laigxa Camul, su amiga, y Leticia Cuevas, profesora de la Casa del Niño Cecilio Chi, para volar en el nuevo avión presidencial a la capital del país.
En México, informó después la Presidencia, fueron recibidas en Los Pinos por la esposa del mandatario, Angélica Rivera, y el propio Peña Nieto, quienes le mostraron la residencia oficial.