Los Metros, Ciclones y Rojos buscan frenar a Los Zetas
Miércoles 16 de marzo de 2016, p. 4
El cártel del Golfo se reagrupa y células como Los Metros, Ciclones y Rojos han formado un frente para disminuir la presencia de Los Zetas y otras organizaciones en Tamaulipas, primordialmente en Reynosa y Matamoros, señalaron funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional tras la detención de Cleofas Martínez Gutiérrez, El Güero, identificado como uno de los mandos del cártel del Golfo en la zona de Reynosa.
Martínez Gutiérrez –presunto responsable de coordinar a un grupo de homicidas y secuestradores, así como la venta de droga en Reynosa– continúa a disposición de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) en espera de que se defina su situación jurídica.
De acuerdo con las fuentes consultadas, el cártel de Golfo se está reagrupando para hacer frente a las detenciones de sus líderes regionales y evitar que Los Zetas sigan avanzando en el control de los municipios fronterizos y de la llamada Frontera Chica.
Los funcionarios entrevistados dijeron que la disputa territorial entre el cártel del Golfo y Los Zetas abarca municipios como Ciudad Mier, San Fernando, Miguel Alemán, Camargo, Guerrero, Díaz Ordaz, Valle Hermoso y Méndez.
Asimismo, en el centro del estado hay municipios en disputa, aunque están lejos de la frontera, como Ciudad Victoria, Güemez y Ciudad Madero.
En ese contexto se desarrollaron los enfrentamientos ocurridos el pasado 13 de marzo en la ciudad de Reynosa, donde los integrantes del cártel del Golfo se enfrentaron en dos ocasiones con miembros de las fuerzas armadas, la segunda de ellas en el rancho El Queretano; los choques armados dejaron varios sicarios fallecidos.
Julián Manuel Loisa Salinas, El Comandante Toro; Juan Remigio Quintanilla, Ricardo Mario García, Armando Daniel León García y Juan Amador Moreno son, según los funcionarios entrevistados, los líderes que están buscando reagrupar a los integrantes del cártel del Golfo.
Presuntamente controlan más de 300 hombres que se desplazan en sus territorios y además de coordinar los envíos de droga también se encargan del ‘‘cobro de piso’’ y extorsiones a comerciantes de la región.