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De nuestras Jornadas

Los mismos de siempre

P

or si no le resultaran suficientes el repudio social hacia el gobierno de Javier Duarte y el notable avance de la oposición, el candidato del Partido Revolucionario Institucional a la minigubernatura, Héctor Yunes Landa, carga otros problemas relacionados con la perniciosa presencia del mandatario y que comprometen para su partido el resultado de los comicios de junio.

Metido en un laberinto en el cual todas las salidas parecen llevarlo a encontrarse con el cordobés, el priísta se ha visto obligado a pactar y bajar la crítica de su discurso contra un gobernante prácticamente confrontado con toda la sociedad: con maestros y alumnos de la Universidad Veracruzana; con la Coalición de Pensionistas Independientes del Estado de Veracruz, a los que en un allanamiento nocturno les robaron exclusivamente una computadora con la base de datos de sus afiliados; empresarios de todos los tamaños, a quienes las deudas gubernamentales tienen al borde de la quiebra; campesinos en el abandono y, sobre todo, gente que vive en un ambiente de inseguridad, que esta semana cobró la vida de un muchacho de 16 años que intentó defender a su padre y hermano de un intento de secuestro.

Con la violencia campante, ante la impasible vista de un gobierno cada vez más ausente y alejado del pueblo y de los electores, Yunes Landa debe soportar las presiones del duartismo, que pretende copar diputaciones locales y cargos en la campaña para cubrir las espaldas a algunos de los más conspicuos ejecutores de la rapiña y la corrupción, que ha provocado repudio social a todo lo que huela a gobierno.

El priísta debe de estar tratando de disuadir a Duarte, pues esa negociación con el gobierno saliente ya le generó otro conflicto con dos sectores que aún representan para el PRI una buena cuota de votos.

Se trata de la Confederación Nacional Campesina y de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares. Sus líderes, Juan Carlos Molina y Érika Ayala, respectivamente, se inconformaron por la forma en que se están repartiendo las curules, entre los mismos de siempre.

Mientras, Duarte sigue presionando al candidato y a su partido.