La sonrisa se le desdibujó al brasileño Lucas di Grassi cuando se refirió a su descalificación por correr con un auto con menos peso del permitido, que le quitó la dicha de ser el primer ganador del ePrix de la Ciudad de México.

Estoy triste, dijo el piloto, pero luego cambió de ánimo con la promesa de volver al autódromo Hermanos Rodríguez para subir al podio en las 6 Horas, el próximo 3 de septiembre.

Di Grassi refirió que tener la cercanía de la afición lo contagió de entusiasmo y más cuando ingresó a la meta acompañado de aplausos y porras.

“Era increíble ver cómo los niños me pedían selfies, autógrafos en sus gorras y camisetas”, relató el piloto, quien aceptó la decisión de la comisión técnica de la Federación Internacional de Automovlismo (FIA), al hallar que su monoplaza pesó 886.2 kilogramos, 1.8 menos de lo permitido por el reglamento, para dar el triunfo al belga Jerome D’Ambrosio.

Yo hice mi trabajo y me llevo el cariño del pueblo mexicano, comentó el brasileño.

Estoy ansioso por volver al podio en la carrera de resistencia en este estadio (el autódromo capitalino) en las 6 Horas, añadió Di Grassi, promesa que se repitió en las voces de su compatriota Bruno Senna y el francés Nicolas Prost, cuyos apellidos cargan la leyenda en sus hombros.

La nueva generación de pilotos, como señaló el mandamás de la FIA, Jean Todt, abre las expectativas para que el deporte motor continúe en la capital del país tras el regreso de la Fórmula 1 que fue la apertura para otras categorías de primer nivel que volvieron después de 25 años.

Adrián Fernández consideró que se vive un momento histórico, tenemos grandes estrellas en todas las categorías, para que los aficionados vean a la nueva generación del automovilismo.