15 años
mpezaba el siglo XXI. Internet aún no se apropiaba de los chavos y el Tianguis del Chopo vivía uno de sus mejores momentos. Por los pasillos paseaban Muni, Alejandro Sánchez Mejorada, Falcón, Grecia, Andrea, Barragán; los Abraham –Ríos y Panda–, Lino, Carlos Alvarado, Trini y Rolly aten-dían sus respectivos puestos. El espacio de fotografía encabezado por Enrique Rivera y Radio Chopo brillaban cada fin de semana; Lalo Martínez era del Comité de Representación.
Así, el sábado 10 de marzo de 2001 apareció por primera vez en estas páginas En el Chopo. Por esos días también se negoció el espacio que, desde entonces, ocupa La Jornada en el mercado roquero. Al principio atender el puesto resultaba difícil. Con el tiempo se unieron Mitl y Patricia. Entre los tres resultó más fácil poner y quitar ejemplares de La Jornada, libros, fotos, pósters, videos, etcétera. Lo chido fue que desde el principio tuvimos contacto directo con los asistentes, así pudimos –y podemos– saludar a chavas, chavos, músicos, escritores, fotógrafos, reporteros, estudiantes y hasta a una que otra leyenda viviente; también, seguramente y sin saberlo, hemos estrechado la mano de algún futuro rockstar. Han transcurrido 15 años y hemos aprendido mucho desde aquella primera mesa en Radio Chopo a la que fuimos invitados por Antonio Malacara para presentar su libro Catálogo subjetivo y segregacionista del rock mexicano; en esa ocasión compartimos charla con Pacho, Fausto, Monsiváis y el autor. Igual, desde el principio, hemos tenido diferencias con distintos choperos que han querido marcar línea, pero todo se ha solucionado de buena manera, y ahora cada sábado Ramón Castillo, Gabriel Barrón, Pepe Almanza, Rodrigo Labastida, Fe-lipe Victoriano, Mary y Juan Heladio, entre otros, compran La Jornada. Pues digamos salú a todos los choperos y un abrazo para Fabrizio.
Discos, discos
Contra viento y marea, el Chopo mantiene viva la tradición de ser el mejor sitio para presentar y distribuir nuevas producciones discográficas: Mach Riders, por ejemplo, llevó su disco Juegas o rockeas para que la raza del Chopo sepa que el trío toca un rock macizo –como en Rock and roller– en las ocho canciones de este cedé; igual sucede con Cumbres, quinteto mexicano que está rolando con Crestomatías, producción rebosante de sonidos producidos por sintes, pero con una base rítmica ponchadona que le da un sonido de pop power a las 14 rolas del disco; Doble Moral es el nombre que Pavel Calva le da a su proyecto grupal con el que grabó 12 cortes con letras de situaciones cotidianas de barrio; la música, muy acorde a los relatos narrados/cantados (uno por Rafael Catana).
