La importancia de las casas de cultura retoma fuerza, debido a la descomposición del tejido social y la violencia que se vive el país, afirmaron el artista Antonio Ortiz Gritón, nuevo director de la Casa de Cultura San Rafael, y Alejandro Sandoval Ávila, escritor y promotor cultural, quien inauguró el ciclo de pláticas y reflexiones sobre la situación crítica que enfrentan esos espacios.

Sandoval Ávila pidió incluir en la constitución que se creará para la Ciudad de México “algún articulado que mencione en particular a las casas de cultura, dada su relevancia –cuando funcionan– en favor de la comunidad”.

Ortiz, quien asumió el cargo a mediados del pasado enero, se topó de inmediato con la peculiar normativa de las casas de cultura, que son vistas como “centros generadores de dinero para las delegaciones, pero no a los que se da dinero. Se supone que viven de lo autogenerado. Así, los alumnos que llegan a venir si pagan en el banco, por ejemplo, 130 pesos, 70 por ciento, o 100 pesos, van para el maestro, y se supone que 30 a la casa de la cultura.

Sin embargo, en realidad esos 30 pesos se van a la cuenta de la delegación, que los emplea, por ejemplo, para pavimentar.

Centros de iniciación artística

La delegación Cuauhtémoc tiene nueve casas de cultura –hay 122 en la capital– y ha emprendido un programa de recuperación de esos espacios.

La primera acción de los actuales responsables del área cultural de la demarcación fue despedir a todos los directores, expresa Gritón a La Jornada, y hace hincapié en que las nueve casas trabajan al unísono, pues tenemos reuniones todos los lunes.

Para el pintor las casas de cultura son necesarias en su calidad de centros de iniciación artística, a la vez que sirven de espacios en los que la comunidad se puede organizar y dialogar con las autoridades acerca de propuestas gubernamentales.

En la actualidad, la Casa de Cultura de la colonia San Rafael (José Rosas Moreno 110) realiza intercambios, pues al colectivo artístico El Ajolote se le presta el espacio para que ponga sus máquinas de grabado y, a cambio, sus integrantes imparten talleres gratuitos de grabado.

Alejandro Sandoval, a su vez, pidió una normativa flexible y expedita para las casas de cultura. Hijo del poeta y funcionario Víctor Sandoval –este último creador del concepto casa de cultura, iniciado en Aguascalientes– aseguró que éstas funcionaban de buena fe. Agregó que si se crea una Secretaría de Cultura federal hay que tener las normas especiales para la cultura. Crear un régimen de excepción, o como se quiera llamar, que debe resultar expedito y realmente permita que la cultura funcione por la agilidad que tiene en el país. También aludió a la profesionalización de las personas que dirigen esos espacios.

El tipo de casa de cultura impulsado por Víctor Sandoval, indicó su hijo, buscó hacer comunidad, porque, sin raíces en ésta, su destino era desaparecer.

Además, hacer comunidad a partir de sensibilizar a las personas, algo que nos hace mucha falta, sobre todo en ciertas zonas del país. Crear el sentido de pertenencia y de la comunidad a partir de disfrutar de lo artístico. Para Sandoval, en las casas de cultura no se aspira a formar creadores de arte, más bien públicos.