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Se consolida el proceso de paz en el País Vasco

Avances desde 2011, tras la decisión de cesar la lucha armada

Los gobiernos de Francia y España han buscado en todo momento bloquear la oportunidad de pacificación. Intentan que las cosas no progresen, incluso las cosas más sencillas

Enviado
Periódico La Jornada
Sábado 5 de marzo de 2016, p. 19

San Sebastián.

En las filas de la izquierda separatista vasca se respira un nuevo momento político, en gran medida propiciado por la salida de prisión de su líder natural, Arnaldo Otegi, quien estuvo encarcelado seis años y medio por el delito de pertenencia a una organización terrorista, pero ello tenía cariz político. Maite Ubiría es la secretaria de Relaciones Internacionales de Sortu, plataforma política renovada de la extinta Batasuna, que pretende convertirse en la maquinaria que finalmente empuje al País Vasco hacia la independencia.

En entrevista, Ubiría explicó los grandes retos del presente, pero también las dificultades que han tenido que pasar en los últimos cuatro años con su principal dirigente en prisión y, al mismo tiempo, un inesperado y arrollador triunfo electoral en 2011, que les aupó a plazas sorprendentes en el País Vasco y que cuatro años después las han perdido, como la ciudad de San Sebastián.

–¿Qué perspectivas se abren ahora en el proceso, en este momento puntual para la organización y con Arnaldo Otegi libre?

–Lo primero que hay que decir es que, sin duda, la figura de Arnaldo Otegi es un revulsivo. Está considerado y legitimado por la base social y militante de la izquierda independentista, pero también por amplios sectores de la sociedad vasca, como el constructor de una oportunidad de paz. El hecho de que él haya salido de prisión con el mensaje claro de que hay que llevar hasta el final esa apuesta, que se abordó desde 2011, efectivamente es un elemento de garantía de ese proceso.

No cabe duda de que ese proceso está en fase de consolidación, ha ido avanzando y se está asentando la idea de que hay que buscar un escenario de paz en la sociedad vasca, pero el propio Otegi ha recordado en sus primeros discursos que es necesario construir el escenario de paz, pero también de justicia y libertad.

–¿Ha habido avances desde que ETA declaró el cese unilateral de la lucha armada y la izquierda independentista se desvinculó de la violencia?

–Efectivamente, hemos avanzado desde 2011. Sobre todo gracias al compromiso de una parte, en este caso por la decisión que tomaron la organización armada ETA y todo el sector político, humano y militante de la izquierda independentista, que se ha mantenido en esa apuesta a pesar de las provocaciones incesantes de los Estados, que han buscado en todo momento bloquear esa oportunidad de paz. Efectivamente, el camino está siendo más dificultoso de lo esperado, pues los Estados francés y español se han colocado en una posición que en ocasiones es incluso irracional desde el punto de vista político, intentando que no avancen las cosas ni en las materias más sencillas.

–En este contexto, ¿qué pasos apremian más?

–Más allá de que la izquierda independentista cree que Otegi es su dirigente natural, nosotros, sobre todo, pensamos en el liderazgo colectivo y ese sólo se lo damos a la sociedad vasca. El mejor garante y gestor del proceso de paz y liberación nacional vasco es, sin duda, el pueblo vasco, y en él confiamos, así que vamos a trabajar por sumar el mayor tipo de energía posible, plural y transversal.

“El momento es delicado porque es de crisis sistémica. Eso es también una oportunidad, pues quién nos iba a decir que hoy el Estado español estaría en una situación de cataclismo político. Corroído por la corrupción, colapsado y sin saber dar una salida a la voluntad popular expresada en las urnas el pasado 20 de diciembre, a lo que hay que sumar la crisis social aguda, en la que se están arrebatando los derechos básicos a la ciudadanía. Además es un Estado incapaz de digerir procesos democráticos, como el caso de Cataluña o Euskal Herria.

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Se buscará estar en las próximas elecciones como Euskal Herria-Bildu, afirma Maite UbiríaFoto Mikel Jauregui/Argaski Press

En ese contexto, tenemos un proceso de resolución y de recobrar la soberanía de este país, así que vamos a ver en este momento delicado una oportunidad para hacerlo.

–Este año habrá elecciones autonómicas. ¿Cuál es la fórmula que están valorando y qué candidato?

–Queremos estar en esas elecciones como Euskal Herria-Bildu, es decir, por la coalición en la que se engloban cuatro formaciones políticas de cultura y tradición diferente, pero que han conseguido construir ese espacio común. Pero estaremos abiertos a los pactos poselectorales, en gran medida porque va a ver una formación política nueva, que es Podemos, la cual irrumpirá con fuerza y para nosotros eso hace que se dé un cambio de escenario en el que por primera vez las formaciones que niegan el derecho a decidir –los partidos Popular y Socialista Obrero Español– sean residuales en la Cámara.

–Pero es algo que está latente, que ya se da por hecho...

–Sí, es algo latente, pero para nosotros es importante aclarar que el objetivo fundamental es consolidar el escenario de construcción de país, paz y terminar con todo el capítulo de las consecuencias del conflicto, que incluye la cuestión de las víctimas, los prisioneros del desarme y el derecho a decidir. Para nosotros esa gran tarea política es la que tiene la centralidad y tampoco queremos que se relacione con el proceso electoral o la presencia de Otegi, pues se está construyendo un proceso de corte popular que tiene su base en la soberanía y ese es el objetivo. Nosotros, desde luego, queremos a Arnaldo Otegi liderando o coliderando, o en un liderazgo colectivo, pero como gran actor de ese proceso.

Además, hay que recordar que esas elecciones sólo afectan a tres de las siete provincias vascos. Es importante aclararlo para que no se tenga la tentación de decir que esos comicios se pueden convertir en plebiscito hacia la independencia. No estamos en ese escenario. Nos gustaría, pero no es así. Sin duda damos a esas elecciones una importancia muy grande, porque creemos que cada elección es importante para el proceso global.

–¿Cómo van a enfrentar la inhabilitación de Otegi, que al parecer ya se está maniobrando para que la haga cumplir la Junta Electoral Central?

–No descartamos esas maniobras jurídico-políticas, que tratan de perturbar la eventual candidatura de Otegi, pero lo que está claro es que él cumplió una condena y una inhabilitación genérica que se dio en su sentencia. Ello quiere decir que no especifica que esté inhabilitado para una función en concreto y menos para la de ser candidato. Además existe un precedente con un parlamentario de Bildu, así que entendemos que no tiene que haber dificultad para que se presente.

Pero el hecho de que haya maniobras jurídico-políticas para que Otegi no pueda ejercer una actividad política da señas de que en todo este periodo el Estado español ha aprendido muy poco. Porque como bien explicó Otegi a las puertas de la cárcel de Logroño, los vascos entramos a la prisión como vascos, independentistas y socialistas y salimos igual. O más.