América Latina y el Caribe se convirtió en la región líder en la reducción de hambre y pobreza, ya que fue la única en cumplir con las metas del Desarrollo del Milenio y de la Cumbre Mundial sobre la alimentación de re­ducir a la mitad el número de personas que padecen hambre, expuso Raúl Benítez, representante regional de la Or­ganización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en el contexto de la 34 conferencia re­gional del organismo internacional.

Ese logro es resultado del compromiso político de los 33 países de la zona, de la combinación de crecimiento económico, de la aplicación de políticas públicas diversas y del refuerzo de los sistemas de protección social, pero aún hay 34 millones de personas con hambre, porque no tienen los recursos suficientes para adquirir los alimentos, entre otras razones.

Para 2025 –explicó– el reto es erradicar el hambre, como se propuso el año pasado en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que se desarrolló en San José, Costa Rica; los participantes le solicitaron a la FAO elaborar un plan y este año ya se entregó el primer informe de su implementación.

Erradicar el hambre y la pobreza rural requiere de mucho esfuerzo y recursos, pero principalmente exige de voluntad y compromiso políticos para hacerlo, lo cual se tiene en la región, aseguró Raúl Benítez en breve entrevista.

No descartó que la situación financiera internacional y los precios bajos de los principales granos son un desafío adicional, pero en la región tenemos todo para que nosotros seamos la última generación de latinoamericanos y caribeños en convivir con el hambre.

Acerca de la Cruzada Nacional contra el Hambre expuso que hay mucha autoexigencia de la sociedad mexicana al hacer una evaluación dicho programa. Nosotros vemos que la decisión del presidente (Enrique Peña) de luchar contra el hambre es muy importante.

Refirió que todos los países que han sido exitosos en erradicar el hambre y la pobreza han aplicado medidas de doble vía: asistir a los grupos vulnerables de manera urgente y analizar los determinantes de la vulnerabilidad de los grupos sociales para sacarlos de la pobreza, como el mercado de trabajo, las políticas de transferencia de conocimiento, acceso al financiamiento, a los mercados, es decir, un conjunto de políticas que van a tardar un poco más en madurar y en obtener resultados.

En las sesiones de discusión, las delegaciones de Chile, Perú y Ecuador solicitaron a la FAO reforzar las acciones para fortalecer la actividad pesquera e hicieron un llamado a los países de la región a unirse para desalentar la pesca ilegal, ya que está llevando al colapso (a esa actividad). Sin medidas adecuadas para estos organismos vivos no podemos hablar de sustentabilidad.

En el inicio de la conferencia regional –que concluirá este jueves– también se expuso que en la zona latinoamericana 52 por ciento de la población rural es pobre, ya que persiste una gran desigualdad en cada nación y entre los países, por lo que el reto es aplicar enfoques basados en políticas multisectoriales con miras a dinamizar y diversificar las economías rurales. Si se articulan políticas agrícolas, sociales, económicas y ambientales a escala territorial, hay posibilidades de hacer frente a la pobreza, el hambre y la inseguridad alimentaria de una manera más eficaz, se asentó.

Durante la apertura de la reunión, el secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, José Calzada Rovirosa, fue electo presidente de la conferencia regional durante el periodo 2016-2017.