Quería noquear. Todos lo desean durante los entrenamientos rumbo a una pelea. Quería noquear pronto para evitar una sorpresa desagradable, como aquella que lo dejó fuera de combate medio año atrás. Esta vez Hugo Cuatito Ruiz no cedió ante la confianza frente al campeón supergallo Julio Pollito Ceja.

Le tiró lo mejor de su arsenal. Sobre todo una combinación de finta y remate con derecha que afiló durante meses. Si antes un descuido permitió que el Pollito lo noqueara para quedarse con el título supergallo, el 27 de febrero pasado el Cuatito salió con todas las precauciones.

Fue vertiginoso. Ruiz noqueó en 51 segundos del primer episodio a Ceja y le arrebató el cinto del Consejo Mundial de Boxeo.

Me sorprendí de que lo ensayado fuera tan efectivo y tan rápido, indica el Cuatito todavía con incredulidad. Lo derribé y le vi la mirada perdida, hasta me sorprendió que el réferi lo dejara continuar. Así que seguí con una andanada, pero era más para que detuvieran la contienda que para lastimarlo.

Todo fue tan rápido que necesitó tiempo para asimilar la victoria. Mi cuerpo estalló en ese momento. Todos los sentimientos, los sacrificios y dolores salieron con fuerza, relata.

El domingo, despertó con una sensación inexplicable. Era el mismo, pero algo lo hacía sentir más fuerte. A partir de entonces las oportunidades de crecer en fama y en ganancias le confirmaron que era el vencedor.

También recordó al Pollito, sin poder sostenerse por una lesión en el tobillo que sufrió al caer en la lona. No sintió compasión, reconoce el nuevo campeón.