No es tan grave
l motín en el penal de Topo Chico, en Monterrey, Nuevo León, no destapa una cloaca: es el monstruo que asoma por la cañería, resultado de un sistema penitenciario y social obsoleto, inhumano, un tema al que pocos dirigen la mirada. La ignorancia e indiferencia de todos y la concepción de castigo no permiten que nos demos cuenta de que entre esas paredes hay personas que pudieron ser rescatas antes de cometer un crimen por un Estado que, también, decidió mirar hacia otro lado.
En Aguascalientes la autoridad presume de tener uno de los mejores sistemas penitenciarios del país. Sustentan la presunción frases como la sobrepoblación no alcanza los niveles alarmantes que hay en otros centros
(quieren decir que hay sobrepoblación: en módulos destinados a siete o 10 internos, 15 no les parecen tanto). Golpes, robos y vejaciones son algunos de los hechos que ocurren en los centros de reinserción social, como resultado del hacinamiento. Son abusos cometidos entre internos y, por custodios contra internos, a lo que se suma el repudio y el abandono de la sociedad.
La propuesta para combatir el hacinamiento es ampliar los penales. No se aborda el problema desde la implementación de programas sociales para la prevención, con empleos bien remunerados, con una educación de calidad y gratuita para que las personas accedan a otro tipo de vida, lejos de la delincuencia.
La Comisión de Derechos Humanos estatal tiene la encomienda de revisar los penales. Encontrará las fallas más evidentes: el hacinamiento, las áreas comunes, la comida, la vestimenta, la falta de acceso a servicios básicos, pero habrá muchas más que no alcanzará a ver el silencio al que están obligados los internos. Por miedo o por ignorancia, no permitirán que observen el maltrato sicológico al que son sometidos, el proceso que cada uno de ellos enfrenta para lograr la reinserción verdadera, pues la mayoría de los procesados regresa a prisión después de que son puestos en libertad. Entonces, ¿qué considera la CEDH falta grave contra los internos en un penal? ¿En verdad se puede seguir presumiendo que el problema no es tan grave?