Madrid.

El aspirante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a presidir el gobierno de España, Pedro Sánchez, se someterá a una sesión de investidura el próximo 2 de marzo, cuando se sabrá si fructifican o no las conversaciones abiertas a varias bandas para formar un gobierno de coalición.

No hay claridad en una de las alternativas de pacto, que estaría formada por los partidos de izquierda, después de que Pablo Iglesias, líder de Podemos, presentó su propuesta de gobierno que incluye el referendo de autodeterminación en Cataluña y exige la vicepresidencia y cuatro ministerios. Desde el PSOE se recibió la iniciativa con preocupación, perplejidad y decepción, tanto por el contenido como por las formas.

Las próximas dos semanas, antes de la sesión de investidura, se intensificarán las negociaciones entre los partidos políticos para sacar del poder al derechista Partido Popular (PP) y al presidente en funciones, Mariano Rajoy, a los que responsabilizan del empobrecimiento de la sociedad y el recorte de los servicios públicos. El socialista Sánchez recibió del rey Felipe VI, en su calidad de jefe de Estado, la encomienda de someterse a la sesión de investidura y buscar las alianzas posibles en un escenario de fragmentación electoral.

Tras los comicios generales del pasado 20 de diciembre, el Congreso de los Diputados quedó dividido en cuatro grandes bloques pero ninguno con la mayoría suficiente para formar gobierno: el PP con 123 escaños; el PSOE con 90; Podemos con 65, y el derechista, Ciudadanos con 40. El resto de los parlamentarios pertenecen a nacionalistas catalanes y vascos, a la coalición de Izquierda Unida y los valencianos de Compromis. El número necesario para alcanzar la mayoría absoluta es de 176 diputados de un total de 350.

Para que el socialista Sánchez sea investido en primera votación necesitará de mayoría absoluta, pero todavía no tiene cerrado ningún acuerdo y las negociaciones cada día se complican más. En segunda votación sería necesaria una mayoría simple, es decir, se tendrían que abstener o no votar en contra al menos dos o tres grupos de la cámara y tejer alianzas con otros tantos. Un escenario complicado que cada día hace más probable las elecciones anticipadas, que se prevén para el próximo junio.

Actualmente las negociaciones entre Podemos y el PSOE están en un momento de tensión, a raíz de que Pablo Iglesias presentó su propuesta de gobierno en la que exige para él y su equipo más cercano de colaboradores un papel estelar en el futuro gobierno, en el que tendría la vicepresidencia y así controlaría tanto la vocería del gobierno como el sistema de espionaje e inteligencia. La propuesta de Iglesias también reclama los ministerios de Economía y Hacienda, Interior, Defensa, Sanidad y Educación.

El vocero del PSOE, Antonio Hernando, reconoció que recibieron la propuesta presentada por Iglesias con perplejidad, preocupación y decepción, al tiempo que le replicaron que no sabe dónde está... ni en qué momento le encargaron a él formar gobierno. Lo que más molestó en las filas socialistas fue el empeño de los dirigentes de Podemos en liderar las negociaciones y presentar un documento de propuesta de gobierno con planteamientos imposibles de asumir para su interlocutor, además de insistir en el veto a Ciudadanos.