Francisco detente, saluda a tu gente
, gritan quienes esperan el arribo del jerarca
El Cielito lindo, canto constante durante las largas horas de permanencia
Domingo 14 de febrero de 2016, p. 10
Vengo de un colegio donde me enseñan de Dios
, dice Cristina, de 14 años, proveniente de Monterrey y que se ha pasado el sábado afuera de la nunciatura apostólica de la Ciudad de México para ver al Papa. Llegó junto con otros 150 compañeros de varias ciudades del país y es una de los muchos jóvenes que se ven por aquí con una playera roja que tiene las siglas ECyD, una organización católica perteneciente al Regnum Christi y a los Legionarios de Cristo, fundados por el fallecido Marcial Maciel.Unos pasos más allá hay grupos de alumnos de escuelas legionarias, del Instituto Cumbres, en la banqueta que sigue, unos de la Universidad Anáhuac, y en la otra, los del Instituto Irlandés. Estos jóvenes y los de otras escuelas privadas y religiosas son mayoría en las cuadras aledañas a la nunciatura.
Vinieron a verlo también vecinos de esta zona de colonias de clase media alta, donde en las fachadas de los restaurantes y los SPA hay letreros con mensajes para el Papa. Casi todos los que se han acercado hasta aquí van de tenis, pero también los hay de saco, de vestido y de tacones, y saludan a Francisco con unos cartelitos que dicen I love Papa Pakito
o Papa Pakito, u rule!!!
y que tienen una colorida caricatura de Jorge Mario Bergoglio, que sonríe, guiña el ojo y está junto a una Guadalupana más chapeada que morena. La misma imagen de virgencita plis
en persona.
Los que llegaron más temprano, cuentan que esperan desde las cuatro y media de la mañana. A eso de las siete, Cecilia, vecina de la zona, conversa con sus conocidos del Centro Libanés. Cuando vino Juan Pablo II yo estaba jovencita y fui edecán. Fue una maravilla. Ahora traje mi banco, y me voy a trepar en él
. Y así lo hace cuando a las 8:45 Francisco parte rumbo a Palacio Nacional. Un minuto antes, luego de salir de la nunciatura, el Papa argentino subió al papamóvil, pero decidió bajar y acercarse a pie a unos enfermos y ancianos para darles su bendición.
Y eso es lo que todos, que a esta hora son cientos, le piden con porras, consignas y gritos: Queremos que el Papa se pare y nos bendiga
, Francisco, detente, saluda a tu gente
.
A su regreso, el jerarca católico se encuentra con miles que quieren verlo y que se decepcionan un poco porque no viaja en el papamóvil, sino en un auto convencional y no lo pueden ver. Pero deciden esperarlo y a las 3:55 de la tarde, lo ven ahora sí en el papamóvil. Melón, papaya, que el Papa no se vaya
, piden. El vehículo de Mario Jorge Bergoglio pasa unos segundos frente a ellos. ¿Lo viste, lo viste?
, se preguntan, porque a varios sólo les dio tiempo de tomarle una foto y no lo vieron bien. Ya sin el Papa, es cuestión de unos minutos para que la mayoría de los asistentes se vaya.
Pero regresan y a las siete de la noche Insurgentes Sur, cerrada a la circulación vehicular todo el día, vuelve a estar repleta de gente. Y en lo que esperan, cantan el Cielito lindo.
Francisco regresó poco antes de las 20 horas. Bajó del vehículo cerrado que lo llevaba y besó a algunos niños; entró al edificio donde pernocta. Algunas personas se quedan y siguen cantando.