El papa Francisco siempre nos exige ser mejores y así lo han entendido los obispos mexicanos, afirmó el vocero del Vaticano, Federico Lombardi. Dijo que mensajes como el de ayer por la mañana en la Catedral Metropolitana son preparados por el pontífice para todos los países que visita. Son como el programa que ofrece a la iglesia que visita, apuntó.

Anoche, Lombardi ofreció la segunda conferencia de prensa de la visita del Papa, en la que hizo una reseña de las actividades del día. Anticipó que Francisco continuará haciendo comentarios sobre el narcotráfico, los pueblos indígenas y la migración, pues son los temas fundamentales de su viaje.

Respecto del discurso que preparó para los miembros de la jerarquía católica mexicana, puntualizó que fue fuerte, porque la responsabilidad es grande. No se le debe ver como algo negativo, sino como una invitación al empeño y el cumplimiento de la responsabilidad, afirmó.

Tampoco se tiene que interpretar como un regaño. No es que los obispos sean malos, sino que siempre hay espacios para mejorar.

No podemos pensar que somos perfectos, y los obispos deben empeñarse por contribuir a la solución de los problemas de México.

En el entendido, además, de que la solución no puede provenir de una sola persona, sino de la responsabilidad de todos, y es, igualmente, responsabilidad de los obispos. El discurso de la Catedral fue largo, muy profundo y normal en un maestro espiritual como es el papa Francisco, indicó Lombardi.

Contento por la recepción

Antes, el vocero señaló que el pontífice está contento con la recepción que le han dado los mexicanos. Añadió que antes de llegar a la conferencia le comentaron que a lo largo del día un millón de personas lo vieron en los actos y a lo largo de los recorridos.

Por otra parte, destacó la recepción que tuvo en Palacio Nacional. Que haya sido el primer Papa en ingresar a ese recinto ha sido simbólicamente importante. Es muestra, como lo dijo el presidente Enrique Peña Nieto, del buen estado de las relaciones entre México y el Vaticano. Naturalmente, indicó, es un signo de esperanza, amor y solidaridad.

También relevante fue el comentario que hizo Francisco de que en el esfuerzo del gobierno federal para confrontar los problemas del país puede contar con la colaboración de la Iglesia.

Otro tema que abordó Lombardi fue el de la visita a la Basílica de Guadalupe, y comentó que el pontífice no tiene problemas de salud, más allá de los comprensibles para su edad. Las dificultades de movilidad que ya se conocen es lo único, y para eso algunos días a la semana tiene sesiones de fisioterapia.

Lombardi habló sobre su sorpresa de que en la oración que realizó Francisco al término de la misa en la Basílica de Guadalupe lo hayan acompañado los asistentes al templo mariano, a través de la ventana que se abrió en el lugar donde normalmente se encuentra la imagen de la Virgen de Guadalupe. Fue una jornada intensa y feliz, subrayó.