En partido de altibajos, pero con una soberbia actuación del portero Jesús Corona, la Máquina ligó su segundo triunfo consecutivo en el estadio Azul, al vencer 2-1 a los Gallos Blancos del Querétaro, rumbo al clásico joven, el próximo sábado ante el América, en el Azteca.

El gol de Joffre Guerrón, que cayó en la recta final del primer tiempo, disipó el tedio que abrumaba al graderío. La Máquina inició a tope, pero sólo dominó cinco minutos, porque cuando los Gallos se ordenaron y cerraron los caminos hacia la meta defendida por Tiago Volpi, el ímpetu se esfumó.

Al minuto 15 Cruz Azul generó un centro al área que fue oportunamente desviado por Jonathan Bornstein, pero en general el Querétaro hizo buen trabajo defensivo y aprovechó cuanta oportunidad tuvo para jugar de contragolpe, como cuando George Corral llegó al frente, limpió la zona, pero su disparo pegó en la red por fuera.

Al minuto 39 Ariel Rojas cobró un tiro de esquina, el portero Volpi realizó una pésima salida y Guerrón midió bien su salto para cabecear y definir el 1-0, que despertó al adormecido público que hizo una floja entrada.

El cancerbero queretano cayó en nerviosismo. Lo evidenció al minuto 51, cuando Víctor Vázquez cobró una falta, su centro fue al área y Volpi saltó para capturar, pero se fue de largo; sin embargo, el defensa cementero Julio César Domínguez no pudo conectar bien y terminó desperdiciando la gran oportunidad.

Un par de minutos después Jorge Benítez recibió un pase filtrado, pero se pasó y cuando remató terminó estrellando la pelota en las redes por fuera.

Cuando de nuevo se instalaba el tedio, Yerson Candelo, quien entró al minuto 55 por Bornstein, desbordó por la derecha y remitió un excelente centro que conectó Carlos Fierro; fue un buen cabezazo a bocajarro, pero la reacción de Corona fue extraordinaria y rechazó. Después el guardameta local atrapó un potente tiro de Ángel Sepúlveda.

Tomás Boy, estratega cementero, mostró preocupación y realizó un cambio: sacó a Fabio Santos e ingresó a Joao Rojas (68). La gente empezó a pedir la entrada de su consentido, Christian Giménez, al grito de “¡Chaco, Chaco!”; el Jefe Boy no hizo caso, sacó a Guerrón y metió a Matías Vuoso.

No obstante, el dominio de los Gallos continuó y Ángel Sepúlveda realizó otro intento, tan sólo para comprobar que Corona estaba en un día de inspiración, porque contuvo cuanto balón le enviaron.

Al minuto 74 el graderío se convirtió en una fiesta con el segundo tanto de los azules. El Querétaro hizo una mala salida, Vuoso se barrió para adueñarse de la pelota y cedió para Joao Rojas, quien definió el 2-0 con un tiro cruzado.

Boy realizó su último cambio: salió el catalán Víctor Vázquez y entró Gerardo Torrado. El ex capitán daba órdenes a sus compañeros cuando Yerson Candelo descolgó por la derecha y dio un pase a Carlos Fierro, quien hizo una gran recepción y dio el clásico pase a las redes, para el 2-1, que aplaudió con frenesí el técnico visitante, Víctor Manuel Vucetich, quien hacía ademanes a sus pupilos de ir al frente por el empate.

Corona culminó su gran tarde al minuto 86, cuando el goleador Tito Villa mandó un cañonazo, el guardameta saltó preciso y desvió hacia arriba para salvar su meta y ceder córner.

Boy ya mira hacia el choque ante el América y dijo que será un partidazo... casi estamos listos.

Entre lo más destacado de ayer mencionó que se ligó otro triunfo como local y es importante que el equipo se haga fuerte en casa No ha sido el mejor partido, pero cuando se juega mal la calidad individual es importante.

El técnico aseguró que su equipo mejoró en la segunda parte y que el ingreso de Joao Rojas fue fundamental. Estamos mejorando, Benítez tuvo el 2-0 cuando la tira por fuera, pero se precipita... Sólo tiene 20 años, le falta calma; Chuy estuvo bien porque es muy bueno. La barrida de Vuoso nos permite la victoria, pero después del dominio, en una jugada fortuita nos metieron el gol.

Vucetich concluyó que su portero fue la figura y agregó que los goles celestes se debieron a errores nuestros, pero vamos mejorando y eso nos va a alcanzar para lograr los objetivos, debemos seguir puliéndonos.