Acteal, Chis.

Los indígenas de Las Abejas de Acteal están convencidos de que el papa Francisco, en su visita a tierras chiapanecas, trae una palabra más clave: su objetivo principal es defender al pueblo de México, expresa Sebastián Pérez Vázquez, presidente de la mesa directiva de la organización tzotzil. Viene a dar su palabra de paz para que así pueda establecer la paz aquí en Chiapas, en México. Pero no sólo, también sobre cómo podemos cuidar a nuestra madre Tierra.

Sin quitar el dedo del renglón en su demanda de justicia por la masacre ocurrida aquí hace 18 años, la organización de sociedad civil Las Abejas de Acteal no duda en saludar al papa Francisco, a quien su organización irá a recibir en San Cristóbal de Las Casas el lunes próximo. Deja claro que siempre como organización estamos exigiendo la justicia, porque si no hay justicia no se puede establecer la paz. La Iglesia habla de perdón. Hay formas donde sí se puede perdonar. No en todas las cosas puede haber perdón. Pero como es un crimen lo que se hizo, se debe aplicar la justicia.

Éste es el lugar de la herida colectiva más grande y paradigmática en el proceso de liberación y resistencia de los pueblos indígenas de Chiapas: la insensata masacre de más de 45 personas pacíficas (en esto insiste Pérez Vázquez) perpetrada el 22 de diciembre de 1997 por un grupo de paramilitares animado por el gobierno federal. Aquella fue también una agresión contra los creyentes católicos y, en ese entonces, contra la iglesia representada por el obispo Samuel Ruiz García. Esto, además de la guerra irregular desatada por el Estado contra el movimiento zapatista, que en Chenalhó fue cruda y brutal todo 1997. También fueron blanco de esta guerra los aliados no armados del zapatismo, que era el caso de Las Abejas.

Aunque hubo investigaciones y eventualmente más de 70 paramilitares condenados por los hechos, el gobierno no los desarmó nunca, eran sus chalanes, pues, dice el presidente de la organización. Hoy la mayoría de los asesinos están libres, y por andan aquí.

En declaraciones emitidas en la sede de Las Abejas en el campamento de Acteal, que sus pobladores llaman tierra sagrada, en el municipio de Chanalhó, en Los Altos de Chiapas, Pérez Vázquez subraya: Sólo castigaron un poquito a los autores materiales, pero no a los autores intelectuales, el entonces presidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León, y los tres niveles de gobierno.

Siempre en crisis. Siempre en voz alta. Siempre en resistencia, la organización de Las Abejas ha resistido casi dos décadas de presiones, promesas y traiciones de los gobiernos estatales y federales, así como de las cortes de justicia. Es adherente de la Sexta declaración de la selva Lacandona y pertenece, desde su fundación en 1992, a Pueblo Creyente, la congregación católica popular más numerosa y representativa de Chiapas, con presencia en todas las regiones indígenas de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas.

Se disipan rumores

En el transcurso de la noche y esta mañana, se retiraron las organizaciones y comunidades que mantenían un plantón colectivo en el atrio de la catedral de San Cristóbal de Las Casas, incluyendo al conglomerado de grupos inconformes reunidos en la denominada Asamblea Popular de los Altos de Chiapas.

Así, la OCEZ de Venustiano Carranza, los pobladores de Chanal, la Coordinadora Comunista Proletaria y Popular, y las familias desplazadas de Shulvó, Zinacantán, dejaron libre el espacio de la también llamada Plaza de la Paz. Con ello se disipan los rumores, muy difundidos en San Cristóbal ayer, de que el Papa suspendería su visita a la catedral indígena más importante del país.