El Frayba da la bienvenida al Papa con denuncias de violaciones a derechos humanos
Viernes 12 de febrero de 2016, p. 9
San Cristóbal de Las Casas, Chis.
A pocos días de la visita del papa Francisco a esta ciudad, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba), al brindarle su bienvenida, denunció que ‘‘las violaciones sistemáticas a los derechos humanos y las acciones del crimen organizado, coludido con los gobiernos en todos sus niveles, han convertido al Estado mexicano en un Estado criminal, en una dictadura institucionalizada’’.
El Frayba, presidido por el obispo de Saltillo, Raúl Vera López, sostiene en su saludo al pontífice: ‘‘Los pueblos organizados, a fuerza del desprecio y discriminación de los gobiernos y las vejaciones a su dignidad, no creen que la justicia venga de un gobierno como el de México, que instrumentaliza las leyes y crea reformas para beneficio e intereses de los poderosos que imponen un sistema de opresión, alienación y despojo que los condena a su desaparición y pauperización’’.
En el contexto de la visita papal, al menos siete diferentes protestas se mantienen en el atrio de la catedral, donde se prevé una visita de Francisco el próximo lunes. Llaman la atención mantas con rostros de Lenin y Marx, y la hoz y el martillo grafiteadas en la fachada del templo. Los inconformes estarían negociando con las autoridades sus demandas (liberación de presos y retorno de desplazados, principalmente). Al menos una de estas organizaciones, la Asamblea Popular de los Altos de Chiapas (Apach), se opone expresamente a la visita del Papa.
‘‘Francisco sólo viene a verse con los indios’’, señalan coletos
Estos días ha despertado otro fantasma: el de los ‘‘auténticos coletos’’. Comerciantes y propietarios de San Cristóbal, tradicionalmente conservadores que rechazan la presencia de indígenas, realizaron hoy una asamblea en el auditorio de Bellas Artes para discutir la visita papal, ya que entre ellos priva la idea de que ésta ‘‘no beneficia a la ciudad’’, pues Francisco sólo ‘‘viene a verse con los indios’’.
Parte de la molestia es que con su presencia el pontífice podría dar un reconocimiento, así fuera implícito y post mortem, al obispo emérito Samuel Ruiz García, enterrado bajo el altar catedralicio, a quien los coletos siempre rechazaron debido a su opción preferencial por los indígenas de la diócesis, habitada en más de 80 por ciento por pueblos mayas originarios.
Tampoco ha mostrado especial entusiasmo por la visita papal el alcalde Marco Antonio Cancino, quien no es católico sino evangelista de la iglesia La Roca. No ha suspendido, hasta hoy la obra pública ni las demoliciones en el disputado atrio, la Plaza de la Paz.
En tanto el Frayba, en el pronunciamiento firmado por su consejo directivo –que preside Vera López–, da la bienvenida al papa Francisco a Chiapas, ‘‘tierra donde históricamente los pueblos han emprendido una lucha de resistencia y de emancipación frente a los diversos procesos de colonización’’. A lo largo de siglos, los pueblos ‘‘han forjado un horizonte como sujetos históricos; siembran y construyen su libertad a pesar del temporal de dominación que pretende someterlos a un destino de muerte, tal como denunció Fray Bartolomé de las Casas en 1552, en su texto Brevísima relación de la destrucción de las Indias’’. Esta circunstancia ‘‘no sólo se circunscribe a la geografía chiapaneca y territorialidades indígenas, sino que el ángel de la muerte ronda en todo el país, infundiendo miedo y terror en cada corazón, en cada habitante, en cada hogar azotado por el torbellino de la impunidad’’.
Finalmente, el centro Frayba hace votos porque ‘‘la presencia y palabra’’ del papa Francisco ‘‘anime los corazones y fortalezca los trabajos por la justicia, la defensa de la vida y de nuestra madre tierra’’.