Demetrius o la caducidad, obra de Legom, tiene temporada en el Foro Shakespeare
la indolencia y la absoluta inmediatez
El protagonista representa al ser humano contemporáneo, incapaz de aprehender la realidad, dice
la cuestión de cuando nunca nos preguntamos en toda una vida qué hay más allá de la rutina, pues cada vez estamos más inmersos en lo cotidiano, en el día a día, explica a La JornadaFoto cortesía de la Compañía Abundántia Teatro
Viernes 12 de febrero de 2016, p. 4
Un vendedor estrella de lavadoras de las que hacen burbujas, que trabaja en una tienda departamental, donde los artículos se compran a 12 meses sin intereses, incapaz de tomar las oportunidades que le brinda la vida, protagoniza la comedia Demetrius o la caducidad.
Esa obra, escrita por el reconocido dramaturgo Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio (Legom, Guadalajara, 1968), será escenificada con dirección de Elfye Bautista, en el Foro Shakespeare.
Se trata de una propuesta en la que el personaje, al contrario de otras historias en las que el protagonista aprende de las situaciones que va viviendo, en este caso Demetrius, no aprende nada. Pasa su vida en la indolencia y en la absoluta inmediatez
, explica el autor.
La historia aborda la cuestión de cuando nunca nos preguntamos en toda una vida qué hay más allá de la rutina, pues cada vez estamos más inmersos en lo cotidiano. Este tipo está en el día a día, y punto.
Un individuo sin aspiraciones
Demetrius no aspira a mucho ni a nada. De manera patética e irónica
lleva una vida llena de actos cotidianos: conseguir un empleo y un pago quincenal, una esposa, una suegra muda, una casita con crédito del Infonavit, un carro, un hijo idiota, un viaje a la playa y hasta ahí; jamás se plantea algo más grande para su vida, ¿por qué?, porque así se usa.
El asunto es que un día todo se transforma, la vida de Demetrius da un giro inesperado y cuando advierte que desea cambiar y esforzarse descubre que es demasiado tarde.
Es una obra muy divertida pero de un gris muy oscuro, como son mis comedias
, reconoce el dramaturgo.
“Para mí –afirma Legom– el personaje representa al ser humano contemporáneo, incapaz de aprehender la realidad. Sin dimensión social, envuelto por completo en su individualidad, cuyo círculo se vuelve cada vez más cerrado, al grado de irlo aislando hasta disolverlo.
“Me parece que es una historia que permite ser un espejo de todos nosotros. Trata de algún modo de cuando tenía 40 años y me decía: ‘putamadre ya no hice nada con mi vida, estoy de la chingada y no hice nada’. Pero como somos unos cobardes, uno trata de refugiarse en un vendedor de lavadoras para no hablar de uno mismo. Pero a final de cuentas creo que conseguí un buen espejo en el que todos de cierta manera nos miramos. Nuestra incapacidad de dimensionar lo que somos como seres humanos. No hablo de buscar un sentido a la vida, sino de ni siquiera buscarlo.
“Es curioso cómo es la gente y el público –prosigue Legom–, pues evita verse en ese espejo y lo avienta a otro lado. Generalmente prefiere decir que el personaje es como aquel otro que conoce, en vez de decir: ‘éste es como yo’. Pero el espejo aquí se puso para que se viera el espectador.
Luego de su estreno en Xalapa y Guadalajara, con elenco y dirección distintos, la obra se estrenó en la Ciudad de México, con la dirección de Elfye Bautista y las actuaciones de José Cremayer, Yannin Heredia, Ricardo Rodríguez y Rebeca Trejo.
“Demetrius... es una comedia narrada a cuatro voces en la que los actores se van desdoblando, de un texto a otro, en todos los personajes que intervienen en la pieza”.
Se escenifica en el Espacio Urgente 2, del Foro Shakespeare (Zamora 7, colonia Condesa). Funciones del 5 de febrero al 25 de marzo, los viernes, a las 20 horas.