En Estados Unidos bajó 25 por ciento el consumo de refrescos en 16 años, sólo con campañas de información sobre el riesgo de enfermedades como obesidad y diabetes.

En ese país no hay ley que regule el consumo o aplique un impuesto especial, por lo que el gravamen vigente en México desde 2014 debería impulsar de manera decidida las acciones del gobierno para disminuir la ingesta de esas bebidas, afirmó Michael Jacobson, director ejecutivo del Centro para la Ciencia en el Interés Público (CSPI, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.

Señaló que ahora, entre los estadunidenses, es mal visto traer un refresco y está más de moda llevar una botella de agua simple, mientras México sigue siendo el mayor consumidor de bebidas azucaradas, lo que se refleja en el sobrepeso y la obesidad de la población.

El investigador participó ayer en una conferencia para presentar el informe Carbonatando al mundo, del CSPI, el cual afirma que de las personas con obesidad en el mundo, alrededor de 671 millones, más de la mitad viven en 10 países, México entre ellos. Los otros nueve son Estados Unidos, China, India, Rusia, Brasil, Egipto, Alemania, Pakistán e Indonesia.