Los actos de militares donde se vulnere el respeto a los derechos humanos, las normas jurídicas, de la moral o de la disciplina tendrán como respuesta la aplicación de la justicia con rigor y contundencia, advirtió el secretario de la Defensa Nacional (Sedena), general Salvador Cienfuegos Zepeda.

En la ceremonia por el 103 aniversario de la Marcha de la Lealtad, que ayer encabezó el presidente Enrique Peña Nieto en el Castillo de Chapultepec, el titular de la Sedena volvió a ser orador único. El país, aseguró el militar, cuenta con instituciones depositarias de las armas nacionales que la sociedad les ha confiado, cuyo principal patrimonio, sin duda, es su lealtad con honor.

Frente a los integrantes del gabinete del gobierno federal, representantes de los poderes Legislativo y Judicial, así como cadetes de planteles militares, el general Cienfuegos Zepeda aseguró también: el México de hoy no podría entenderse sin la lealtad de sus soldados, enmarcada en el honor.

En apego al significado de la fecha histórica, el titular de la Sedena ubicó a las fuerzas armadas como uno de los principales soportes de la patria. Responden, añadió, a la autoridad civil elegida por los mexicanos de forma democrática y acatan estrictamente las leyes del país.

Mientras el año pasado, también como encargado del único discurso, el jefe del Ejército alertó sobre quienes quieren distanciar al pueblo de las fuerzas armadas, esta vez su mensaje se centró en patentizar la lealtad de éstas.

Las mujeres y hombres de armas de mar, tierra y aire, como se suscitara hace más de una centuria en este castillo, refrendamos al pueblo de México y a sus instituciones nuestra lealtad incondicional, con honor, sin reservas, sin desviaciones y sin titubeos, dijo.

Una fidelidad irrenunciable e inquebrantable, absoluta e inalterable, añadió el alto mando castrense.

Además, ubicó a las fuerzas armadas como referente de constante desarrollo institucional y de apego a la democracia: han respaldado la forma de gobierno que nos hemos dado a lo largo de nuestro devenir.

A los militares presentes les subrayó además la condición de privilegio y orgullo por formar parte del Ejército del país, y les pidió continuar preservando a la institución como pilar coayuvante de la seguridad interior y de la defensa exterior, en los términos que fija la ley.

Los mexicanos, afirmó el general Cienfuegos Zepeda, “esperan mucho de nosotros y nos otorgan su plena confianza. No los defraudemos, son ellos el centro de nuestro empeño’’ y para ello deben acometer sus tareas con indeclinable voluntad y constancia, decisión y prestancia, eficiencia y disciplina.

A la ceremonia, el presidente Peña Nieto llegó en un vehículo militar Humvee, flanqueado por cadetes del arma de caballería. Lo acompañaban los mandos militares y los representantes del Congreso y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Desde el mismo sitio donde en 1913 el entonces presidente Francisco I. Madero, escoltado por cadetes del Colegio Militar partió hacia el Palacio Nacional en el inicio de la etapa histórica conocida como la Decena Trágica, esta vez se cumplieron los pasos de un programa en el cual el jefe del Ejecutivo recibió honores plenos, pasó lista de honor a los cadetes militares de Chapultepec y de la defensa de Veracruz de 1914, se ejecutó una salva de fusilería, se escuchó una poesía alusiva al Heroico Colegio Militar, y varios de sus estudiantes destacados recibieron reconocimientos.