Monterrey, NL.

El programa Nuevo León Respira, que será puesto en marcha en marzo para combatir la contaminación del aire, no incluye el cierre de las ocho empresas que extraen piedra y arena para la industria de la construcción, aun cuando están entre las principales fuentes de polución en la zona metropolitana de Monterrey, informó Roberto Russildi, secretario de Desarrollo Sustentable del gobierno del estado.

A estas empresas, relacionadas con Cementos Mexicanos (Cemex), se les atribuye la contingencia ambiental de finales del año pasado. Fue el mismo Roberto Russildi quien la noche del 27 de diciembre solicitó a la Asociación de Extractores de Caliza de Nuevo León suspender actividades; al día siguiente fueron clausuradas temporalmente dos empresas que no acataron la solicitud.

La suspensión de actividades se extendió a la Cámara Nacional de la Industria de la Vivienda, a cuyos socios se les pidió no utilizar maquinaria, y el mismo gobernador, Jaime Rodríguez Calderón, pidió a los ciudadanos no usar pirotecnia en los festejos de fin de año.

A partir de entonces la autoridad estatal elaboró un plan de contingencia ambiental denominado Nuevo León Respira, que será consultado con especialistas y empresarios del ramo pero, de entrada, no prevé el cierre de las ocho pedreras ni medidas que aminoren la contaminación que producen, según el secretario Roberto Russildi.

Estas empresas se ubican en el poniente de las ciudad y la cementera tiene su planta más grande en el centro de la metrópoli.

Sin dar más detalles sobe el plan, Russildi aseguró que en enero la mayoría de los contaminantes provino de terrenos en vías de urbanización.

Por lo pronto, el primero de febrero ha sido el día más contaminado de este año: en siete de las 10 estaciones de medición se reportaron más de 100 puntos Imeca (índice metropolitano de calidad del aire) y al menos una llegó a 130, lo que excede los máximos permitidos por las leyes mexicanas y la Organización Mundial de la Salud.

Mariano Núñez, dictaminador ecológico del Colegio de Abogados y asesor de la Asociación Ecológica de la Sierra de Picachos, señaló: “Para solucionar este grave problema, que ya ha colocado la zona metropolitana de Monterrey como la más contaminada de América Latina, el gobierno estatal no debe buscar sólo el control de industrias y automóviles; necesitamos soluciones de fondo, entrarle también al toro de las pedreras.

Recordemos que el tema de la reubicación ya se había puesto en la mesa en 2013. Nosotros (los ecologistas) estamos tratando de sacarlas desde hace muchos años para que dejen de depredar nuestros cerros, señaló Núñez.

Ese año, el entonces gobernador Rodrigo Medina anunció un plan para reubicar esas empresas, lo que no cumplió.

Cosijoopii Montero, ambientalista y dirigente de Reforestación Extrema, dijo que se debe aplicar tecnología adecuada en los procesos industriales para reducir la contaminación de pedreras y cementeras.

Hay tecnologías para poder hacer esta industria un poco más limpia; el problema es que no se aplica y no llegamos a una solución verdadera, dijo Montero y agregó: hay que ponerle lupa al programa estatal.