Entre luces, guías dan precisión a desfiles
Miércoles 10 de febrero de 2016, p. a10
Río de Janeiro.
Entre increíbles disfraces, musas con bikinis dorados que se contonean a ritmo de samba y miles de animados bailarines que agitan las caderas sin descanso, lo último que uno espera encontrar en el Carnaval de Río es a un hombre con una camiseta marcada con la palabra disciplina
.
Pero detrás de los focos, de los suntuosos carros alegóricos y los sensuales bailes, las instrucciones de Paulo Roberto son la razón por la que el carnaval tiene toda la eficiencia y precisión que parece faltar en otros muchos aspectos de este enorme y convulso país.
Todo en tiempo y forma
Enfundado en su poco glamurosa camisa, Roberto, de 50 años, es uno de los miembros de la afamada escuela de Salgueiro que se encarga de que los componentes de la comitiva lleguen a tiempo y sepan dónde ir.
Estamos aquí para que todo el mundo esté en su sitio
, explicó mientras la escuela se preparaba el lunes para marchar por los 700 metros del sambódromo en la segunda noche de los desfiles de la élite del carnaval.
Los integrantes del equipo de disciplina participan del complejo proceso de colocación para el recorrido, caminan apresurados mientras los bailarines pasan por el sambódromo y les ayudan a salir de la avenida cuando termina el espectáculo.
Somos como guías
, afirmó.
Con los 3 mil 500 participantes en el desfile de Salgueiro preparándose, muchos de ellos portando cómicos y desgarbados disfraces, seis carros alegóricos que evocaban desde los jardines de Babilonia hasta un palacio y ante 70 mil espectadores, a Roberto le queda mucho trabajo por delante.