Kathy Etchingham abre hoy al público el departamento restaurado como lo habitó con el músico
Miércoles 10 de febrero de 2016, p. 9
Londres.
¡Es como viajar en el tiempo!
, exclama entusiasmada quien fue novia de Jimi Hendrix, al contemplar su viejo departamento restaurado en detalle, tal como era cuando lo habitó en los felices años 60 de Londres.
El departamento en el que Kathy Etchingham vivió con Hendrix entre 1968 y 1969, que abre este miércoles al público, revela la vida doméstica ordenada de la estrella de rock estadunidense.
Usando fotografías, más los recuerdos de Etchingham, y objetos originales, la habitación es una copia exacta de lo que era.
Los discos que escuchaba están ahí, así como la guitarra acústica con la que creó algunos de los riffs, u ostinatos, que revolucionaron el rock.
El departamento, en el número 23 de Brook Street, en el distinguido barrio de Mayfair, es adyacente a la casa que perteneció al compositor barroco del siglo XVIII George Händel, otro gran innovador musical.
Tras el proyecto de restauración, que ha costado 3.5 millones de dólares, se pueden visitar ambas casas con la misma entrada.
En 1966, Hendrix, originario de Seattle, Estados Unidos, se mudó a Londres, donde causó asombro por su destreza con la guitarra.
Del café al té
Según su novia, al músico estadunidense le sorprendió la falta de restaurantes y tuvo que cambiar el café por el té, pero se acostumbró rápidamente a las singularidades locales y le encantaba ver la serie televisiva Coronation Street, que sigue en pantalla.
Hendrix se mudó al departamento restaurado el 4 de julio de 1968, pagaba un alquiler mensual de 43 dólares. Él y su novia lo decoraron con cortinas color turquesa y alfombras rojas, compradas en John Lewis, cadena de grandes almacenes que es toda una institución londinense.
Jimi era muy limpio y ordenado. Estuvo en el ejército y solía hacerse la cama. Era un perfeccionista
, afirmó Etchingham.
La pareja tenía un gato que volvía al departamento con palomas y ratones.
Una placa mal colocada fuera del edificio hacía pensar a la gente –incluso a Hendrix– que Händel vivió en el número 23 de la calle, no en el 25.
Escuchar a Häendel, una de las tareas
Ignorando quién era el guitarrista, había estudiantes de música que golpeaban a la puerta. Hendrix solía enseñarles el lugar. Luego se sentaban y charlaban sobre Händel. Jimi pensó que tenía que escuchar la música de ese señor
, recordó Etchingham.
El bluesman se compró el disco del Mesías, obra maestra de Händel, compuesta en la casa de al lado 227 años antes.
El departamento de Hendrix llegó a convertirse en la oficina del museo del músico alemán.
Contiene unas alfombras persas, un juego para tomar el té, una televisión en el suelo, una guitarra en la cama, un disco de Bob Dylan en el tocadiscos, un juego de Monopoly sobre uno de los altavoces y unas plumas en la repisa de la chimenea.
En la mesita de noche hay una página manuscrita de Hendrix y una grabadora portátil.
