Después de cinco triunfos, el mánager de Venados de Mazatlán, Juan José Pacho Burgos, tenía miedo de perder. Era la final de la Serie del Caribe 2016 ante la novena venezolana Tigres de Aragua. México era el único invicto y por eso la presión de una eventual caída parecía un riesgo latente.

Sabía que iba a ser un juego como el que vivimos, porque el equipo de Venezuela es muy bueno, cuenta Pacho antes de entrar a Los Pinos para una recepción con el presidente Enrique Peña Nieto.

Fue como de película, dice sin ocultar la emoción, al recordar el partido en el que estaban dos carreras abajo. Los Venados remontaron en el octavo episodio y en la novena entrada, a punto de llegar a la agonía de los extrainnings, Jorge Chato Vázquez pegó un jonrón para terminar como ese filme dramático que recuerda el mánager.

Pacho corrió a abrazarlo y le dijo: Este batazo tiene una dedicatoria, es para tu padre. Una semana antes murió el papá de Vázquez y por eso el héroe de Culiacán no estuvo con el equipo en la visita a Los Pinos.

Está orgulloso de que el equipo haya atraído la mirada del país. Da un lugar al beisbol como deporte, dice Pacho. Es un termómetro, para demostrar que no sólo en el futbol hay grandes jugadores, sino también en el beisbol, que deben ser mostrados al mundo.

Para Pacho, lo siguiente es mejorar la infraestructura para este deporte. Sobre todo en construir estadios de mayor calidad.

Los Venados necesitamos un estadio nuevo. No porque el nuestro se esté cayendo, pero no tiene las condiciones que necesita nuestra afición, precisa.

Faltan muchas cosas para dar mayor proyección al beisbol mexicano. La mercadotecnia debe crecer, sí hay, pero estamos lejos de lo que ocurre en el futbol, señala el mánager. “Pero con estos triunfos hacemos que nos pongan atención, porque ya no somos la cenicienta, sino campeones”, destaca.