La violencia que impera en una sociedad se refleja en la escuela, afirmó Tiina Mäkelä, especialista en aprendizaje y formadora certificada del programa finlandés de antiacoso escolar KiVa. Afirmó que se trata de un fenómeno que se produce de forma similar en países tan distintos como Finlandia y México.

Hay diferencias culturales, pero el núcleo es el mismo. En todas partes se ve el ciberacoso, la exclusión, la agresión. Ocurre en aulas, patios y comedores escolares, sin importar el país.

Pero alertó que una prioridad es identificar qué casos son realmente acoso escolar o bullying. Destacó que a nivel internacional se calcula que 10 por ciento de los niños y adolescentes que acuden a la escuela son víctimas sistemáticas. Sin embargo, “debemos distinguir claramente aquellos que corresponden a casos reales de bullying de los que pueden ser identificados como conflictos escolares, donde hay problemas entre dos menores, pero no hay un desequilibrio de poder entre pares”.

Al presentar el programa KiVa para países de habla hispana, destacó que desde 2009 a la fecha en las escuelas finlandesas hay una reducción de cerca de 6 por ciento de los casos.

Mäkelä detacó que el bienestar del alumno es esencial para generar aprendizajes.

En la creación del programa identificaron la arquitectura social de este fenómeno, en el que se identificaron seis roles: los agresores, que representan 8 por ciento de la población escolar; 20 por ciento son denominados reforzadores, quienes presencian la agresión pero no hacen nada para detenerla; 12 por ciento son víctimas; 7 por ciento asistentes; 17 por ciento defensores de las víctimas y 24 por ciento son considerados externos.