Una de las principales razones para que se presente el plagio académico es que, hasta ahora, las instituciones universitarias en particular y el sistema académico y de investigación en su conjunto no tienen métodos para detectar, indagar y sancionar esa práctica, señalaron investigadores de diversas casas de estudios.

Durante la mesa redonda El plagio académico: ¿por qué sucede y cómo enfrentarlo?, que se realizó en el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, plantearon la necesidad de que en las instituciones se comience a discutir y analizar el problema.

Héctor Vera, académico de esa entidad universitaria, esgrimió tres razones por las que se presenta esta práctica: hacerlo ofrece buenas recompensas, se obtienen grados académicos, estímulos y capital económico y cultural; porque es difícil detectarlo debido a que cada vez hay mayor producción científica y a más velocidad; y porque si es hallado culpable, las consecuencias son menores en la mayoría de los casos.

Añadió que se trata de un problema moral de la comunidad académica y como tal debe ser tratado. No es un conflicto de derechos de autor, sino de honestidad e integridad. Es algo que tenemos que resolver en las universidades y no llevarlo a los tribunales.

Luis Fernando Granados, de la Universidad Veracruzana, se pronunció porque estos casos sean acogidos por el derecho penal con base en la Ley Federal de Derechos de Autor. En algunas universidades como la UNAM, señaló, existen códigos de ética que “son como llamadas a misa. En las instituciones no existen leyes ni listas de castigos para regular el fenómeno.

“¿De qué privilegios creemos los académicos que gozamos para mantenernos, hasta hoy, fuera de los términos de la ley general? (…) Es un problema de derechos de autor, en el fondo somos profesionales y los plagios funcionan a partir del robo de tesis, artículos, párrafos u obras, para lograr un componente económico: si son miembros del Sistema Nacional de Investigadores reciben un estímulo de por lo menos 14 mil pesos al mes, y algunos lo hacen por haberse robado cosas”.

 Acotó que debido a que el sistema de justicia mexicano es corrupto, otra opción podría ser que las propias universidades y centros de investigación creen un sistema donde se sancionen estas prácticas.

Fausta Gantús, del Instituto Mora, indicó que el plagio atenta contra la cultura intelectual y académica, y se presenta no por el robo de ideas, que son de todos porque (los académicos) nos nutrimos de (las ideas de) otros. Es en la forma de desarrollarlas, presentarlas y el tratamiento que hacemos del tema, donde radica la originalidad.