Busca defender derechos de indígenas
Jueves 4 de febrero de 2016, p. 17
El comité organizador del Encuentro Mundial de Movimientos Populares saludó al encuentro latinoamericano que bajo el nombre “Con la encíclica Laudato si defendemos los derechos a la tierra, el territorio y los bosques”, se celebrará en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, donde, añaden, “vibra la digna lucha contra el paradigma tecnocrático y la idolatría del dinero, donde los pueblos reclaman tierra, techo y trabajo, gritan por justicia, libertad y vida, trabajan por conquistar la paz y en defensa de la madre Tierra, desde abajo, a mano y sin permiso”.
El encuentro se dará en el contexto de la visita del papa Francisco a mediados de febrero. El mensaje, firmado por los dirigentes populares Joao Pedro Stedile (Brasil), Juan Grabois (Argentina) y Jockin Arputham (India) expresa: “sabemos que todos los pueblos que conviven en México sufren, bajo el yugo de las políticas neoliberales y las imposiciones neocoloniales, todo tipo de injusticia, exclusiones y el intolerable saqueo de sus territorios. También conocemos las graves violaciones a los derechos humanos –torturas, desapariciones, feminicidios– a las que son sometidos por agentes del Estado y organizaciones criminales que muchas veces actúan en conjunto”.
Los reconocidos dirigentes sociales confían en que el encuentro los días 13 y 14 del presente “profundizará los compromisos asumidos en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia” ante el Papa y el presidente Evo Morales. El primero de estos compromisos es “Vivir bien en armonía con la madre Tierra”.
Exigen “la reparación histórica y un marco jurídico que resguarde los derechos de los pueblos indígenas”, promoviendo “un diálogo sincero a fin de superar los diversos y múltiples conflictos que atraviesan los pueblos indígenas, originarios, campesinos y afrodescendientes”.
Otro compromiso consiste en “defender la Tierra y la soberanía alimentaria” y llaman la atención de los pueblos “sobre el surgimiento de nuevas formas de acumulación y especulación de la tierra y el territorio como mercancía, vinculadas al agronegocio, que promueve el monocultivo destruyendo la biodiversidad, consumiendo y contaminando el agua, desplazando a campesinos y utilizando agrotóxicos”.
Reafirman su lucha por “la eliminación definitiva del hambre, la defensa de la soberanía alimentaria y la producción de alimentos sanos”. Rechazan la propiedad privada de semillas por grandes grupos agroindustriales, y la introducción de productos transgénicos en sustitución de los nativos, debido a que destruyen la reproducción de la vida y la biodiversidad”. Se pronuncian en defensa “de los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas sobre la agricultura sustentable”.
Llaman a “construir la paz y la cultura del encuentro”. Se pronuncian contra la discriminación, condenan el machismo y la violencia contra la mujer.