El Papa Francisco dijo que vendrá a México a ser un instrumento de paz y no a tapar los problemas de violencia, corrupción o narcotráfico.

Al responder las preguntas de 33 mexicanos, recabadas por la agencia de noticias del Estado mexicano, el Pontífice expresó: La paz es algo que hay que trabajar todos los días; es más, diría una palabra que parece contradicción, ¡La paz hay que pelearla todos los días!

La gira del pontífice se iniciará el viernes 12 e incluye la Ciudad de México y localidades del estado de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua.

A poco más de una semana del comienzo de la gira, el Papa hizo un primer acercamiento, un cara a cara con los mexicanos, y prometió no pasar la canastita, sino venir, con el corazón abierto, a buscar la riqueza de fe de los mexicanos.

La paz –añadió– es un trabajo artesanal que se amasa con las manos, desde cómo educo yo a un chico, hasta cómo acaricio a un anciano.

Desde la Ciudad de México, Hermenegilda y Óscar le preguntaron cómo ayudaría a afrontar la violencia.

Si yo voy ahí, es para recibir lo mejor de ustedes y para rezar con ustedes, para que los problemas de violencia, de corrupción, y todo lo que ustedes saben que está sucediendo, se solucione.

Francisco fue enfático en que va a exhortar a los mexicanos a luchar todos los días contra la corrupción, el tráfico ilegal, la guerra, la desunión, el crimen organizado, la trata de personas.

Cita a Gabriela, quien desde San Luis Potosí le pide que traiga paz, y es entonces cuando llama a ¡pelearla todos los días!, sembrar mansedumbre, sembrar paz.

También recuerda a San Francisco: “‘Señor, hacé de mí un instrumento de paz’. Quisiera ser en México un instrumento de paz, pero con todos ustedes”.

Una pelea, dice, no es la vía para solucionar un conflicto, por lo que es necesario insistir en el diálogo, en “no tenerle miedo a escuchar al otro.

Yo le voy a pedir a la Virgen de Guadalupe, junto con ustedes, que les dé esa paz, del corazón, de la familia, de la ciudad y de todo el país.

El diálogo a distancia ocurrió el viernes 22 de enero en la Casa Santa Marta, la residencia donde viven obispos y cardenales que trabajan en el Vaticano, elegida como morada por Jorge Mario Bergoglio. Al hablar de temas religiosos, señala que la Virgen de Guadalupe es la madre que cobija a su pueblo; por tanto, habrá de retomar las raíces del México antiguo.