La artista conceptual Yoko Ono recibió ayer el nombramiento de visitante distinguida del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.

En el Salón de Cabildos del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, a la viuda de John Lennon se le entregó un pergamino y la pequeña estatua dorada Alas de México.

Ono dijo al reducido público, integrado más bien por funcionarios, que este es un día de despertar. Uno cree que está despierto, pero no lo está.

Recordó que cada cosa que ustedes hacen afecta al mundo y que nuestra energía es tan importante y lo va a cambiar.

Mancera señaló que Ono, icono del arte vanguardista y conceptual, no sólo trae a la urbe una relevante muestra –inaugurada el martes en el Museo Memoria y Tolerancia–, sino un mensaje por la cultura de la paz, por el ejercicio de las libertades y por la reivindicación de las mujeres.

La Ciudad de México, dijo Mancera, trabaja de manera entusiasta y con mucha energía en favor de los derechos de las mujeres.

Galería urbana

Respecto del proyecto Tierra de esperanza, que Ono trae, Mancera aseguró que más que nunca se requiere de esto en nuestro país y en el mundo porque éste también recibe y sufre de muchas situaciones que no quisiéramos ver. Esa propuesta ha convertido a la urbe en una galería urbana de exposición masiva.

El jefe de Gobierno indicó que la visita de Ono no pudo ser en mejor momento, porque estamos renovando, refundando, la Ciudad de México. De allí que fue posible declararla visitante distinguida de la Ciudad de México y no del Distrito Federal. Concluyó su intervención con “una conocida frase de una muy conocida canción: All we need is love”.

Yoko Ono se había aprendido la frase los quiero mucho, que plasmó en español en el libro de visitantes distinguidos después de escribir a modo de deseo: Imagine peace/Yoko Ono February 3 2016.

A ese acto acudieron Édgar Elías, presidente de la Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, el diputado Leonel Luna Estrada, presidente de gobierno de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, el embajador de Japón en México, Akira Yamada, y el sacerdote Álvaro Lozano, director de la Comisión de Cultura del Arzobispado de México, instancia que invitó a Ono a desarrollar su proyecto aquí.