La migración mundial se encuentra en una paradoja: por un lado organismos internacionales, como la Organización de Naciones Unidas (ONU), fortalecen la atención desde diversos ángulos a este fenómeno, pero a la vez en varios países se incrementan la xenofobia, el racismo y se consolidan políticas públicas reacias a los flujos humanos, aseguraron especialistas en este tema de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Hoy en día, señaló Genoveva Roldán Dávila, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE), vivimos en un mundo globalizado en el que se aprecia la libre movilidad de mercancías y de capital, pero se rechaza la fuerza de trabajo.

Con motivo del Día Internacional del Migrante, que se conmemora este viernes, la especialista enfatizó que la movilidad sin documentos no representa un delito, sino, a lo más, una falta del orden administrativo.

“Que una persona se mueva de un país a otro sin la visa correspondiente quizá significa una falta administrativa, pero eso no la convierte en criminal. Emplear el concepto ‘ilegal’ es criminalizar el fenómeno”, enfatizó.

La Organización Internacional para las Migraciones calcula que a escala global existen 214 millones de migrantes, equivalentes a 3.1 por ciento de la población mundial; de ellos, 49 por ciento son mujeres. De acuerdo con esta instancia, en 2010 las remesas enviadas por este sector en todo el mundo alcanzaron los 440 mil millones de dólares, y de esta cifra, 325 mil millones de dólares fueron enviadas por migrantes procedentes de naciones en desarrollo.

Las remesas en 2014, superiores a 23 mil millones de dólares

Cifras oficiales indican que en Estados Unidos hay cerca de 12 millones de migrantes mexicanos. De acuerdo con el Banco de México, en 2014 el envío de dinero de estos connacionales hacia el país superó 23 mil 600 millones de dólares.

José Gasca Zamora, también del IIE, afirmó que con frecuencia se dice que las migraciones responden a que la gente busca el llamado sueño americano; sin embargo, resulta que llegan a países con contradicciones profundas de empleo, seguridad social, transporte y habitación. Esa es la razón de que los discursos xenófobos y racistas tengan impacto.

En medio de crisis y recesiones que en los años recientes han experimentado naciones como Estados Unidos, Alemania y Francia, sus escenarios son de mayor complejidad y tensión para los mercados laborales y aparecen expresiones de xenofobia y racismo, o políticas de repatriación que en México se han experimentado en los años recientes .

Ambos especialistas señalaron que la gente no sólo emigra por razones económicas, sociales, políticas, culturales e identitarias, sino que incluso ya se da movilización por cuestiones climatológicas. Hay una conciencia mundial sobre la necesidad de atenderla. Sin embargo, no hay relación entre ésta y el respeto a los derechos humanos de los migrantes en todas sus modalidades.