Ningún programa gubernamental está destinado exclusivamente a evitar el sobrepeso y la obesidad en México, a pesar de que siete de cada 10 adultos y uno de cada tres niños padecen esa condición, señalaron ayer especialistas de la Alianza por la Salud Alimentaria.

Tampoco se conoce con precisión en qué se ha utilizado el dinero recaudado por los impuestos a bebidas azucaradas y comida chatarra, que en 2015 ascendió a 33 mil 619 millones de pesos.

Por ello, pidieron a los diputados federales que en el presupuesto de egresos de 2016 se detalle cuáles son los programas para la prevención y cuánto será el gasto destinado para cada uno de ellos. Solicitaron que antes que reducir el gravamen a las bebidas azucaradas, como pretendían hacerlo, lo incrementen a 2 pesos por litro.

Se trata de un impuesto eficaz que ha contribuido a reducir 6 por ciento el consumo de esos productos, informó Atzimba Baltazar Macías en conferencia de prensa de la organización Probatio. En la población pobre el promedio fue mayor: 9 por ciento, y en diciembre del año pasado alcanzó 17 puntos porcentuales, según el Instituto Nacional de Salud Pública.

En 2013 el gobierno de Enrique Peña Nieto anunció la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes. Una medida que se planteó fue concretada en 2014 con el cobro de un impuesto a las bebidas azucaradas y los alimentos de alto contenido calórico.

No hay obligación legal

El mandatario declaró que esperaba que una parte de la recaudación de ese gravamen se invirtiera en evitar la obesidad y el sobrepeso, pero hasta ahora no hay una obligación legal para que eso se realice, indicó la especialista.

Existen cuatro programas que están relacionados con la prevención o el acceso al agua potable. Dos los administra la Secretaría de Salud (SSa) y los otros dos la Comisión Nacional del Agua (Conagua), de acuerdo con un estudio de la organización Probatio presentado ayer. Sin embargo, también contemplan impedir el desarrollo de enfermedades no transmisibles, lo cual hace difícil saber cuánto presupuesto han sido asignados en materia de prevención.

En 2008 la Ssa desembolsó 42 mil millones de pesos, 13 por ciento del total de su presupuesto, en atender padecimientos ocasionados por el sobrepeso.

Gastamos 11 veces más en la curación que en la prevención, apuntó Diego de la Mora, del Centro de Análisis e Investigación, Fundar, por lo que es necesario diseñar una política presupuestaria que mejore la asignación de recursos en la materia, afirmó.