l mismo día que el gobernador Javier Duarte anunció la incorporación del estado al sistema federal de alerta temprana, en Coatzacoalcos fue asesinado el abogado y activista Rodolfo Zapata Carrillo, quien había denunciado la corrupción imperante en el Centro de Rehabilitación Social (Cereso) Duport-Ostión y las condiciones en que opera el mando único.

El homicidio de Zapata Carrillo, cometido el lunes pasado, es paradigmático no sólo por tratarse de un personaje sumamente visible en esa ciudad, sino por la forma en que un par de sicarios lo asesinaron: según testigos, a todas luces fue una ejecución.

El empresario restaurantero había organizado varias marchas contra la inseguridad y denunciado la falta de resultados del mando único. Su restaurante, Mi Tampico, había sido asaltado en septiembre y en octubre logró capturar a una persona que había robado varios objetos de su camioneta.

El ladrón fue liberado días después, por lo que en mayo Zapata Carrillo denunció una red de corrupción en las agencias del Ministerio Público, que enviaban a detenidos al Cereso, donde grupos criminales los extorsionaban o los golpeaban salvajemente.

Hace unos días, Rodolfo Zapata participó en la mesa de seguridad, organizada por el Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos, a la cual acudieron el fiscal, Luis Ángel Bravo Contreras, y el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez y volvió a hacer señalamientos fuertes por la inseguridad.

La asociación civil Ciudadanos en Defensa de los Derechos Humanos repudió el crimen y demandó que lo investiguen autoridades federales, pues existen indicios de que autoridades estatales pudieran estar involucradas. Asimismo demandaron frenar la represión contra los abogados afectados en sus derechos políticos y laborales como consecuencia de denunciar los actos de corrupción de autoridades estatales y municipales.