El Cairo.

Momentos antes de que el avión de la aerolínea rusa Metrojet (oficialmente Kogalymavia) se estrellara en el desierto del Sinaí con 224 personas, el sábado pasado, se escucharon ruidos inusuales en la cabina que registraron las cajas negras, y después un resplandor fue detectado en el cielo por satélites estadunidenses, informaron fuentes cercanas a la investigación.

Poco antes de que el aparato desapareciera de los radares se registraron sonidos que no son característicos de un vuelo normal, reveló a la agencia rusa Interfax una fuente cercana al caso.

Tras el análisis de imágenes satelitales, expertos estadunidenses en seguridad destacaron que se registró una irradiación de calor sobre el Sinaí en el momento del accidente, aunque descartaron indicios del disparo de un misil, el cual hubiera dejado su propia trayectoria de calor, informaron las cadenas CBS y NBC.

Largo historial de problemas técnicos: empleado

De acuerdo con el analista de aviación Paul Beaver, la actividad infrarroja detectada por el satélite estadunidense podría significar muchas cosas, incluida una bomba o que el motor del avión estalló.

Medios rusos informaron del hallazgo en el lugar del siniestro de materiales extraños que no forman parte del avión ni de los equipajes.

Un trabajador del aeropuerto del balneario egipcio de Sharm el Sheik se refirió a problemas constantes con el Airbus A321 accidentado, que, dijo, tenía un largo historial de problemas técnicos, especialmente durante los aterrizajes, informó el diario británico The Independent.

El avión presentaba problemas de filtración de combustible al aterrizar y el trabajador explicó que una de sus turbinas V2533 pudo haber explotado, lo que habría provocado la tragedia.

En 2001 la aeronave sufrió un accidente al aterrizar en el aeropuerto internacional de El Cairo, cuando lo operaba la aerolínea nacional de Líbano (Aerolínea de Medio Oriente).

El presidente de Egipto, Abdel Fattah al Sisi, advirtió este martes sobre no dar credibilidad a la propaganda de la milicia Estado Islámico –la cual se acreditó el derribo de la nave–, ya que se trata de un medio para dañar la estabilidad, la seguridad y la imagen de Egipto.

Dimitri Peskov, vocero del Kremlin, criticó las informaciones que relacionan un posible atentado contra el avión con los ataques aéreos rusos contra objetivos en Siria, y señaló que éstas eran totalmente inoportunas, mientras 140 cadáveres y más de 100 restos humanos fueron repatriados a Rusia y deudos identificaron a 10 víctimas.