La apertura de la Plaza Comercial Oasis Coyoacán ha convertido la avenida Miguel Ángel de Quevedo en un gran estacionamiento, debido a la apropiación del primer carril de ex- trema derecha en sentido poniente-oriente y la cancelación de la vuelta en U a la altura de la calle Panzacola.

Las unidades de transporte público y trolebús realizan ascensos y descensos en segunda o triple fila, por la colocación de trafitambos y el constante ingreso de automovilistas al centro comercial, que abrió el 13 de octubre pasado, en lo que eran los terrenos de la fábrica Avón.

El cierre de la vuelta en U acentúa los problemas y provoca que algunos aventurados lo hagan en el cruce con Universidad, en lugar de rodear la glorieta de Los Coyotes, debido a que los elementos de tránsito únicamente se encargan de franquear el paso a los peatones hacia la plaza.

Un recorrido que debiera hacerse en cinco minutos te lleva hasta 30 en días hábiles y aumentará, porque apenas empezó a funcionar; aunque está ubicada sobre Miguel Ángel de Quevedo tiene impacto en Universidad, lo que convierte a la zona en un cuello de botella, coincidieron en señalar algunos vecinos.

La construcción de un deprimido de la calle Cerro del Hombre al segundo sótano de estacionamiento de la plaza, como obra de mitigación, está parada por la Secretaría de Movilidad, cuando tenemos un grave problema de vialidad y podría ser la solución, señalaron.

Los vecinos del fraccionamiento Romero de Terreros precisaron que la zona donde se erigió la plaza es cien por ciento comercial, no se trata de una Zona de Desarrollo Controlado (Zedec), que aplica en la colonia, con base en un acuerdo emitido en 1993.

Betty Villalpando comentó que desde la venta del terreno de Avón, la década pasada, se plantearon varias opciones, como la construcción de grandes torres de vivienda media, donde las inmobiliarias ya estaban afilando los dientes, cuando enfrentamos un grave problema de agua y drenaje.

Otra propuesta era una universidad o mandar ahí a la delegación, así que escogimos la menos peor: la plaza, cuyos constructores, los mismos de Antara, plantearon un deprimido para el tráfico de Tasqueña hacia Insurgentes y evitar esa glorieta absurda y sin afectaciones arriba, pero no se ha aprobado.

Mientras, los vecinos hemos pedido a las autoridades delegacionales y centrales el retiro de la glorieta, cuya respuesta ha sido negativa por la existencia de un árbol que plantó Romero de Terreros, que bien podría ser trasplantado y reubicado en otro sitio para mejorar la movilidad, comentó.

Hoy, reconocieron vecinos y comerciantes establecidos de la zona, se tienen graves problemas de vialidad; se puede culpar a la apertura de la plaza, pero también en Universidad hay un paradero de autobuses donde se estacionan en doble fila, hay bases de taxis y decenas de ambulantes.

Su retiro ha sido solicitado a las autoridades y su respuesta, por ejemplo en el caso de los ambulantes, fue legalizar su presencia con la entrega de locales, pero seguiremos insistiendo, dijeron los habitantes al considerar que la plaza elevó la plusvalía de sus casas.

Comentaron que antes era una boca de lobo, sin luz y con riesgo de ser asaltado, hoy es un área segura, hay vigilancia privada en la zona y presencia de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública. Tenemos un problema vial, sí, pero es posible resolverlo si el gobierno autoriza el deprimido y retira la glorieta de Los Coyotes.