Morelia, Mich.

Isabelle Huppert, de visita en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), afirmó: Hago personajes muy variados, pero siempre con directores específicos, en quienes confío. Creo que en uno mismo habitan varias personas. En mis personajes, siempre encuentro la correspondencia conmigo misma, aunque suene muy presuntuoso.

La francesa confesó que no está en contra del cine hollywoodense, porque en cada país hay una forma distinta de filmar. Por ejemplo, he trabajado con diferentes cineastas europeos y estar con ellos es como una clase magistral privada con cada uno.

Luego de haber trabajado con grandes realizadores, como Bertrand Tavernier, Claude Chabrol, François Ozon, Claire Denis, Jean-Luc Godard, Marco Ferreri, Andrzej Wajda, Raoul Ruiz y Michael Haneke, aseguró que sí le llama la atención dirigir, pero no tengo muchas ideas ni la voluntad, porque para ser director se necesita mucho valor y mucha resistencia, sobre todo una fuerza increíble. No creo que la tenga. Además, estoy muy satisfecha como actriz.

Precisó: Como actriz no tengo ningún secreto ni una técnica.

Agregó: A las actrices siempre se nos pide demasiado, pero siempre hay grandes papeles femeninos y otros marginales; sin embargo, hay muchos poderosos. El cine es mayoritariamente masculino, porque a las mujeres se nos dan papeles que rozan en la fragilidad más que en la complejidad. Pero siempre prefiero ser actriz que director o actor.

La protagonista de La pianista precisó: Aunque en cuestiones de dirección es diferente, porque son personas distintas, no porque se trate de una mujer o un hombre.

Acerca del arte cinematográfico, Huppert consideró: El cine cuenta algo que el guión no puede contar... Aún no extraño el cine, porque no lo comencé a hacer en 1920; ha habido cambios, como que es digital, pero sigue siendo el mismo.

Se preguntó: ¿A quién no le gustaría trabajar con Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñáritu, Guillermo del Toro o Michel Franco? Son directores que están sonando en todos lados; pero por el momento no he recibido ninguna propuesta.

Al referirse a Claude Chabrol, dijo: Fue mi mastro, siempre tenía algo bueno para mí. Fue de esos directores que quieres que te pidan para su próxima película y él me solicitó seis o siete veces. Tuvimos una relación extraordinaria en películas muy variadas que no tenían que ver unas con las otras.

Sobre cómo se libera de un personaje para entrar a otro, Isabelle confesó: No guardo fidelidad a ninguno de mis personajes, porque sé que existen en la pantalla. No siento ningún apego a la película, pero una vez que la termino también concluyo con el personaje. Tampoco extraño la filmación, porque esto es una felicidad y un sufrimiento a la vez; una libertad y una prisión y, como suele suceder, a muchos nos da gusto salir de la prisión.

La elegancia de la actriz francesa Isabelle Huppert engalanó el 13 FICM, en el que recibió la Medalla Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Al enterarse de que el galardón está hecho con fragmentos del nitrato de plata de las películas, la francesa afirmó: Ahora que sé el origen de esta medalla, buscaré fragmentos de mis cintas.

Presente y futuro

En referencia a la preservación de las cintas, agregó: Creo que conservar las películas es de suma importancia, porque representan el presente y el futuro, pero sobre todo recuerdos. Algo que nos hace soñar. Por eso es muy importante resguardar esos recuerdos para nosotros y para las futuras generaciones.

Después presentó su más reciente filme, El valle del amor, de la cual dijo: Fue filmada en condiciones muy especiales, en un sitio excepcional, como verán. Se volvió especial para todos nosotros cuando caminábamos, llorábamos, hablábamos y nos rencontrábamos ahí. Es un sitio donde conviven la tragedia, la humanidad, algo que nos rebasa, que vivimos en este místico paisaje. Además, de algunas cosas que no les voy a decir, sino quiero que descubran ustedes mismos.

Sobre la cinta que presentó, en la que comparte crédito con Gerard Depardieu, refirió que los personajes utilizan los nombres de Isabelle y Gerard, porque creo que el director quiso darle gran realismo a la historia y jugar con los dos actores. La película no es una improvisación, pero sí es intimista.