Exposición de pintura en la galería Aldama Fine Art
a la cultura de las flores de México
Lunes 26 de octubre de 2015, p. a10
Flores sobre la mesa para los tiempos difíciles que viven los mexicanos. Flores como homenaje impresionista. Bugambilias, duraznos, girasoles, lirios africanos, tabachines que revolotean como mariposas, visten los lienzos en la galería Aldama Fine Art. Somos un país con la cultura de las flores
, dice Carmen Parra, quien comparte con José Antonio Farrera la muestra La flor de loto y el cardo.
Pertenecemos a una cadena infinita de la vida
, expresa la artista mexicana en entrevista sobre su trabajo más reciente. En este momento en el que los mexicanos tenemos tantos problemas, las flores nos acompañan. Piensa en las casas, en las macetas.
Un pequeño homenaje a esta gran tradición es lo que han hecho Parra y Farrera, plasmada en color en una treintena de obras que se exhiben hasta el 22 de diciembre en la galería de Lomas de Chapultepec.
Pinto flores reales. Mi amigo (Farrera), flores imaginarias
, cuenta la artista partícipe de la generación de la Ruptura. Las estaciones del año fueron plasmadas por Parra sobre óleos y tintas sobre papel. Así, la primavera dejó flores de duranzo. Las últimas en abrir pétalos fueron unas de nombre cosmos, que nacen después de las lluvias en el campo de México.
Para Farrera, la serie también significó continuar con la tradición de un tema recurrente en la historia del arte, en su caso de los siglos XVIII, XIX y principios del XX. Movimientos como el impresionismo y el posimpresionismo son parte del homenaje del pintor, de quien entre su obra destaca su vocación por el cuerpo desnudo y los motivos floridos.
Homenajes a Paul Cézzane, Vincent van Gogh o Fantin-Latour destacan entre los bouquets de óleos de material abundante, casi palpable sobre las telas. “También hay obras que si bien no aluden a un autor en específico, sí lo hacen a movimientos o escuelas de esos periodos.
Es un tema que me interesa, porque es mucho más fácil analizar el color y la composición, arriesgar más. Puedo trabajar con más libertad que en retratos y desnudos
, acota durante la conversación con La Jornada.
En los salones de la galería contrasta la presencia de dos generaciones y dos estilos. Al respecto, Farrera comenta que Parra pertenece a una tradición pictórica que proviene de un flujo de la abstracción y una especie de neoexpresionismo. Temas religiosos, naturalezas, animales y flores han sido temas básicos en su discurso.
En mi caso, el flujo natural es como una pintura muy vieja que se está haciendo hoy. Con técnicas del siglo XIX, pero con la gestualidad de una etapa posterior al posimpresionismo.
Sutiliza con capas diluidas de pintura; así describe a Parra, mientras él gusta de hacer composiciones más salvajes y distantes de la realidad.