Extorsionadores les exigían el dinero que les pagaba la minera Goldcorp por rentar tierras
Viernes 23 de octubre de 2015, p. 35
Chilpancingo, Gro.
Un comando irrumpió la noche del miércoles en un domicilio de Iguala, donde habitaban vecinos del poblado minero de Carrizalillo, asesinó a cuatro e hirió a dos.
Estas personas habían huido de Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri, porque criminales les exigían el dinero que reciben por la renta de tierras a la minera canadiense Goldcorp.
Tres de los asesinados fueron identificados como Antonio Peña Montiel, de 69 años; su hijo, Onofre Peña Celso, de 49, y Faustino Camargo, de 40. Los heridos fueron trasladados al hospital general de Iguala.
En marzo pasado, tres trabajadores mineros, familiares de las víctimas, fueron asesinados en Carrizalillo, ubicado a 50 kilómetros de Chilpancingo, capital del estado.
También durante la noche del miércoles, desconocidos abandonaron los cadáveres de tres personas en la carretera que va de Chilpancingo a Chichihualco, en el poblado El Palmar.
A orillas de la carretera que conduce de la cabecera municipal de Huitzuco a la comunidad de Chaucingo, en la zona norte, en el poblado de Atopula, un individuo fue ultimado a balazos.
El fiscal de Guerrero, Miguel Ángel Godínez Muñoz, precisó que este año se han perpetrado en Acapulco más de 100 ejecuciones y en el estado más de 500.
El secretario de Gobierno, David Cienfuegos Salgado, rechazó cualquier negociación con el crimen organizado, como propuso el teólogo colombiano Leonel Narváez Gómez, director de la Fundación para la Reconciliación, el martes en Acapulco.
En este momento no es propicio negociar con la delincuencia organizada. Tenemos un marco jurídico y a él debemos apegarnos. Ya se discute en la Suprema Corte de Justicia de la Nación la legalización del consumo de la mariguana
, señaló.
La respuesta tiene que ser contundente. Se debe concientizar a la población y actuar dentro del marco de la ley. Negociar atentaría contra el estado de derecho.
Reconoció que la administración de Rogelio Ortega, que concluye el 27 de octubre, sólo pudo resolver algunos aspectos
de la inseguridad. Por ejemplo, citó, en la sierra de Guerrero “hay comunidades donde la gente reconoce que siembra amapola porque no hay otra cosa que hacer. Tuvimos reuniones donde nos decían: ‘Está bien, dejo de sembrar amapola, pero ¿qué me vas a dar?’ Los proyectos que impulsa el gobierno del estado sólo son paliativos, mejoralitos”, dijo.