Jueves 22 de octubre de 2015, p. 4
Académicos y organizaciones civiles destacaron en el Senado que ha aumentado ‘‘de manera alarmante’’ el número de mujeres en prisión por delitos contra la salud. En los pasados 10 años creció ciento por ciento el número de encarceladas por ese ilícito ‘‘por servir de mulas, por vender droga o por introducir enervantes a prisiones’’, destacó Ana Pecova, directora de Equis, Justicia para las Mujeres.
Leticia Bonifaz, directora de Estudios, Promoción y Derechos Humanos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), destacó que en el país hay 7 mil casos de personas encarceladas por robar alimentos y purgan condenas de 10 años.
Refirió: ‘‘Una mujer robó de una tienda cinco productos alimenticios por un total de 72 pesos. Le pusieron fianza de 12 mil 500 pesos, pero como un pudo pagar, pues robó por hambre, le dieron 10 años de cárcel’’.
Al participar en el foro Mujeres en el sistema penitenciario: el reto de impartir justicia con perspectiva de género, organizado por la senadora priísta Diva Hadamira Gastélum, Bonifaz subrayó que ‘‘las mujeres en reclusión son olvidadas, son invisibles. La mayoría no recibe visitas de familiar alguno; en cambio, en el caso de los hombres presos, hay una cantidad interminable de mujeres que los visitan, sean sus mamás, sus mujeres, sus novias, sus hijas.
‘‘La familia abandona a esas mujeres. Mientras una madre se siente culpable de que su hijo esté en la cárcel, si se trata de una hija dice: ‘yo ya le di el ejemplo; si no le sirvió, allá ella’’’.
María Sirvent, de Documenta, señaló que de las 13 mil 400 mujeres encarceladas 55.3 por ciento aún esperan su juicio.