Se debe balancear mucho mejor la apertura al libre comercio, advierte la Cepal
Miércoles 21 de octubre de 2015, p. 25
América Latina y el Caribe acumula tres años de caída en sus exportaciones, con desplomes cada vez de mayor magnitud. Se trata ya del peor periodo en ocho décadas. Nada similar había ocurrido desde la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado, en una región marcada por largos periodos de crisis económicas.
El auge que experimentó la región hasta antes de 2008, derivado del alza en el precio de las materias primas y las exportaciones a China no se materializó en más inversiones que mejoraran la productividad de los países, advirtió este martes Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La apertura al libre comercio, incluido el Acuerdo Transpacífico (ATP, del que forman parte, en la región, México, Chile y Perú) hay que balancearla muy bien para que no sean solamente las grandes empresas las ganadoras de este proceso, consideró.
Entre 2013 y 2015 la región acumulará una caída de 5.8 por ciento en sus exportaciones, expuso Bárcena, en la presentación del Panorama de la inserción internacional de América Latina y el Caribe, este martes en la ciudad de México. Es el peor desempeño para un periodo comparable desde el comprendido entre 1931 y 1934, cuando la contracción fue de 23.4 por ciento.
La tendencia se ha acentuado cada vez más. Bárcena expuso que las exportaciones latinoamericanas tendrán este año una contracción anual de 14 por ciento, después de descensos de 2 por ciento en 2014 y de 0.4 por ciento en 2013. Según el reporte, es probable que las ventas latinoamericanas al exterior también retrocedan en 2016.
El descenso de los precios de la canasta exportadora regional en 2015 será probablemente más fuerte que el experimentado durante la última crisis económica mundial en 2009 y solo lo superarán los registrados en 1931 y 1933. Dado que las perspectivas de precios para 2016 son poco auspiciosas, la probabilidad de que las exportaciones de la región se reduzcan nuevamente es alta
, de acuerdo con el reporte.
La caída del precio de las materias primas exportadas por la región, como el petróleo en el caso de México, Venezuela, Ecuador y Brasil, o el de metales y alimentos en otras naciones es una de las causas de la disminución en el valor de las exportaciones latinoamericanas. Pero hay otros factores que hacen de la tendencia más que una coyuntura para volverla un asunto estructural, explicó Bárcena.
Las políticas monetarias expansivas adoptadas por los países industrializados después de la crisis de 2008-2009 crearon un exceso de liquidez, que se ha combinado con poca demanda efectiva por parte de empresas y personas. Después de la crisis, dijo Bárcena, se observa menor dinamismo de la inversión y el consumo, tanto del sector público como del privado. Además hay una transición en la economía china, uno de los destinos de exportaciones de bienes básicos, especialmente desde Sudamérica en los años recientes: ese país demanda ahora menos bienes producidos en otros países porque está inmerso en un proceso de sustitución de importaciones.
La estrategia de desarrollo de China incluye cambiar el motor del crecimiento desde la inversión y las exportaciones al consumo privado, mediante una ampliación del ingreso disponible. Además, ese país tiene el objetivo de aumentar la diversificación productiva hacia industrias intensivas en conocimiento, desarrollar los servicios, avanzar hacia una producción más limpia e incrementar la innovación.
El patrón de desarrollo menos intensivo en inversiones ya afecta a América Latina, con una menor demanda de materias primas como el cobre y el hierro por parte del sector de la construcción, lo que ha tenido un impacto significativo en países exportadores de estos metales, como Brasil, Chile y Perú. Los exportadores de otros productos básicos demandados por sectores de China que no se han desacelerado tanto, como por ejemplo los productos agrícolas, se han visto menos afectados.
América Latina tuvo avances sociales que fueron resultado, entre otros, del auge de los precios de productos básicos que exporta la región, dijo Bárcena, al contestar sobre el efecto de la contracción de las exportaciones latinoamericanas en el terreno social.
Entre 2003 y 2008 hubo una bonanza económica en la región por los precios de las materias primas. Pero esas ganancias de productividad y rentas muy importantes que obtuvo la región no las reinvirtió suficientemente en capacidad productiva
, no subió la productividad real ni se impulsaron avances en tecnología, sostuvo.
El progreso social estuvo más vinculado a transferencias públicas, como Progresa en México. También el salario y el empleo mejoraron entre 2003 y 2008, y subió la capacidad de compra, añadió.
Esos dos factores fueron muy importantes en la reducción de la pobreza, pero no así en la reducción de la desigualdad. Ha habido menos progreso en la disminución de la desigualdad y de hecho hubo concentración del ingreso en pocas manos. Por eso, la apertura al libre comercio hay que balancearla muy bien para que no sean solamente las grandes empresas las ganadoras
, consideró.