l pasado jueves 15 de octubre se realizó la primera reunión ordinaria de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados. Como es del conocimiento público, cada vez que se instala una nueva legislatura comienza la rebatinga entre los partidos políticos por el control de las comisiones. Hay algunas a las que los institutos políticos asignan mayor importancia que a otras, como si en la labor parlamentaria hubiera áreas de la actividad del país de primera y otras de segunda. Las Comisiones de Ciencia en las Cámaras de Diputados y de Senadores nunca han sido de las más disputadas, aunque esta situación pronto puede cambiar gracias a la labor sobresaliente que han desarrollado en los años recientes sus integrantes, sin estridencias, pero de forma muy efectiva, con importantes logros para el desarrollo de la ciencia y del país.
Al igual que en la legislatura previa, en la actual (que es la 63) la presidencia de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados correspondió al Partido Nueva Alianza. Su presidente es el diputado Bernardo Quezada, quien, al empezar los trabajos del grupo que ahora encabeza, señaló que darán la pelea porque no se reduzcan los apoyos prometidos a la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación, de manera que sirvan para el progreso nacional. Su antecesor en ese cargo, el ex diputado Rubén Félix Hays, y sus colegas en ese órgano legislativo (quienes pertenecen a todos los partidos políticos) tuvieron una actuación muy destacada y su experiencia quedó plasmada en los libros blancos en los que queda constancia de su labor, las tareas pendientes y las líneas generales de acción de los diputados en estas áreas.
En esa primera sesión estuvo presente el senador zacatecano Alejandro Tello Cristerna, del Partido Revolucionario Institucional, quien preside la Comisión de Ciencia y Tecnología de la colegisladora, es decir, de la Cámara de Senadores, quien recordó algunos de los logros en los pasados tres años gracias a la acción coordinada de las dos comisiones. Entre ellos la defensa del presupuesto para ciencia, el cual se ha incrementado de 0.43 a casi 0.6 por ciento del producto interno bruto; la democratización del conocimiento al legislar sobre el acceso abierto para toda la población de la producción científica realizada en el país con fondos públicos.
También se refirió al destino que se dio a las multas electorales que servirán para impulsar la ciencia en los niveles federal y estatal, y la introducción de la perspectiva de género en las leyes de este sector, entre otros logros. Tello Cristerna recordó además los avances en las reformas a las leyes de ciencia y tecnología y de responsabilidades de los servidores públicos, mediante las cuales se facilitará la vinculación entre los investigadores de las instituciones públicas y las empresas, las cuales están en la antesala de su promulgación.
En mi opinión hay dos factores claves para el avance de la ciencia en el terreno legislativo, además, desde luego, del talento de los integrantes de las comisiones y de quienes las presiden; uno de ellos es precisamente la eficiente comunicación y coordinación que se ha logrado entre las dos cámaras. La otra es que, independientemente de las filiaciones políticas, hay una comprensión cada vez más clara entre los legisladores de la importancia que tienen la ciencia y la tecnología en el desarrollo de México, de tal manera que pueden alcanzarse acuerdos, no pocas veces por consenso, y cuando las iniciativas son llevadas a los plenos, tanto en la cámara alta como en la de diputados, suelen ser aprobadas por amplia mayoría, si no es que por unanimidad.
El trabajo de las comisiones no se limita a las reformas a las leyes, sino además a la elaboración de recomendaciones, lo que muestra que sus integrantes se mantienen vigilantes del desarrollo cotidiano de las actividades que son su materia de trabajo. Por ejemplo, el martes pasado se aprobaron en un solo día en el pleno del Senado varias recomendaciones elaboradas en el seno de la respectiva Comisión: Una para solicitar al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) información sobre el estado de los proyectos en materia de nanociencia y nanotecnología; otra que exhorta a la Secretaría de Economía a informar sobre el Programa Estratégico Nacional de la Industria Aeroespacial; una más pidiendo al Conacyt que diseñe un sistema informático más accesible y que simplifique los trámites para las micro, medianas y pequeñas empresas; otro exhorto a ese consejo para que junto con el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, continúe apoyando a las entidades federativas en la actualización de sus marcos jurídicos para impulsar la ciencia, y uno muy importante que exhorta a los poderes ejecutivos y legislativos de los gobiernos de las entidades federativas del país a que, en el marco de la discusión y aprobación de sus presupuestos de egresos para 2016, destinen mayores recursos para el desarrollo de las actividades científicas, tecnológicas y de innovación.
No queda más que desear a los integrantes de la flamante Comisión de la Cámara de Diputados un desempeño exitoso en favor de la ciencia y de México.