Río de Janeiro.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, respaldó este domingo al cuestionado ministro de Hacienda, Joaquim Levy, y dijo que el gobierno continuará con los esfuerzos por aplicar medidas de austeridad autorizadas por el Congreso.

El ministro de Hacienda Levy se queda, sostuvo Rousseff ante periodistas durante una visita a Suecia, tras una serie de especulaciones de los medios brasileños respecto de que el funcionario alistaba su salida por el fuego amigo de los aliados del gobierno, principalmente del Partido de los Trabajadores (PT), que critican su proyecto económico para enfrentar la fuerte crisis que atraviesa el país.

Estamos de acuerdo con su política económica. No estamos insatisfechos, añadió la mandataria, quien busca revivir una economía que sufre su peor recesión en casi tres décadas e intenta salvar su segundo mandato amenazado por un juicio político (impeachment) por maquillar presuntamente las cifras de las cuentas públicas de 2014.

Explicó que sostuvo una reunión con el funcionario el pasado viernes para discutir cómo seguir adelante con las políticas económicas, y negó que el encuentro se efectuó para hablar sobre su posible salida del gabinete.

Desestimó las declaraciones que hizo el presidente del PT, Rui Falcao, quien pidió un cambio de rumbo económico y la posible sustitución del ministro, al apuntar que puede tener la opinión que quiera, (pero) no es la del gobierno.

El gobierno no sólo enfrenta la oposición en el Congreso, sino que busca tranquilizar los mercados financieros después de que Standard & Poor’s quitó al país el grado de inversión en septiembre y sufrió otra rebaja la semana pasada por el índice Fitch.

El ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso y el ex candidato presidencial socialdemócrata Aécio Neves afirmaron, por separado, a diarios argentinos que Rousseff no gobierna el país, tras delegar supuestamente el poder en otros líderes.

Ella puede seguir al frente, pero ya no gobierna. Entregó la economía a quienes piensan opuesto a ella. Y el manejo de la política a un partido que no es el suyo. No creo que vaya a renunciar, dijo Cardoso (1995-2003) en declaraciones al diario Clarín.

Neves aseguró al diario La Nación que Brasil tiene una presidenta que ya no gobierna y apenas cumple los ritos constitucionales.