Guanajuato, Gto.

En sus tres décadas de existencia el conjunto alemán Ensemble Modern ha trabajado con una amplia gama de personalidades, incluso con el compositor estadunidense, mejor conocido en el ámbito del rock, Frank Zappa (1940-1993).

Frank Ollu y Rainer Römer recordaron esa experiencia en el 43 Festival Internacional Cervantino (FIC): “Era una de las personas más carismáticas con los que ha tenido contacto el Ensemble Modern. Tenía un interés realmente honesto por la música, la sociedad y el arte. También tenía una manera de trabajar muy lenta, pero de repente las cosas pasaban. Luego, uno entendía por qué tomaba su tiempo.

“Nos observaba con cuidado, con cinismo. Frente a músicos de su estatura hay que ser honesto, porque si se trata de engañarlos, lo echan a uno por la puerta.

“Me di cuenta desde un principio, de que le caímos bien, de todos modos nos puso a prueba uno a uno. Nos pidió que leyéramos una partitura imposible de tocar, así que nos asustamos. Pero después nuestro representante nos contó que cuando lo llevaban a su casa –ya estaba muy enfermo–, de repente, sentado en el coche, exclamó: ‘¡Qué banda!’, actitud que no mostró desde un principio. Era un bandleader en el mejor sentido de la palabra.”

El Ensemble Modern, conjunto de música contemporánea, ofreció un concierto en el Teatro Juárez, el martes pasado, donde interpretaron piezas de Conlon Nancarrow, compositor estadunidense que vivió y murió en México, así como de György Ligeti.

Con sede en Frankfurt, la agrupación cuenta actualmente con 22 solistas de Alemania, Argentina, Japón, Suiza, Estados Unidos, Grecia, India, Israel, Polonia y Francia. Su director, Franck Ollu, anotó que dos de sus integrantes participan como coaches en el proyecto de la Academia Cervantina.

En sus inicios, el Ensemble Modern interpretaba música clásica, pero en cierto momento decidieron inventar una nueva orquesta, ya que los compositores empezaron a escribir piezas para ensambles más pequeños. Ollu y Römer coincidieron en que el compromiso con la música contemporánea es distinto, y va más allá de simplemente sentarse a tocar con un atril en la orquesta.

Bajo un esquema democrático, sus integrantes eligen los proyectos en los que van a participar, los músicos invitados, las coproducciones y las cuestiones administrativas. Respecto de lo que interpretan, Römer señaló que no queremos tener criterios, en el sentido de que las composiciones recibidas tienen que ser de cierta manera.

La experiencia es un gran maestro en este negocio. De repente las cosas están bien escritas pero aburridas, mientras una partitura difícil de leer, por estar hecha a mano, y compleja, resulta toda una revelación, agregó. Actualmente la agrupación tiene un programa con jóvenes compositores indonesios, entre los que figura uno en particular, talentoso, que no sabe escribir música como nosotros, entonces tuvimos que desarrollar una forma de leerlo.

Saar Berger, quien toca el corno francés, con ocho años en el Ensemble Modern, se refirió a ello como un grupo que toma riesgos, emplea un nuevo lenguaje, colores, articulaciones, fantasía y comunicación: No sólo es música, es toda una red.