En la sala Jesús Gallardo, ubicada en la Universidad de Guanajuato, se exhibe desde el 7 de octubre y hasta el 25 del mimsmo mes, la muestra fotográfica El arte de la medicina ancestral, de la artista tzotzil Maruch Sántiz. El montaje fue producido por Ingrid Suckaer (Guatemala, 1962), crítica, curadora e investigadora de arte contemporáneo, quien radica en México desde 1983.

El proyecto contó con apoyo del Festival Internacional Cervantino y de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas. Originalmente, la muestra sería integrada por 30 fotografías, pero sólo se eligieron 16, pues la idea era ampliarlas para montarlas en las rejas de la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato; sin embargo, gracias a la intervención de las autoridades de la universidad estatal, se optó por presentarlas en una de sus galerías.

“La gente acudió con mucho entusiasmo a la inauguración –cuenta Ingrid Suckaer a La Jornada; el recinto fue idóneo para dar un toque sólido, refinado, bello, original y acogedor.”

Lo más importante de esta muestra es la catalogación de las plantas medicinales, cuya integración no fue realizada por un especialista, sino por un artista. Además resalta la valentía que tuvo la fotógrafa dentro de su comunidad, porque los indígenas no confían en las personas que portan cámaras fotográficas.

Maruch tuvo el enorme reto de convencer a los involucrados de dar a conocer su información, asegura la crítica.

Sántiz Gómez (1975, Cruztón, municipio de San Juan Chamula, Chiapas) armó una investigación sobre medicinas ancestrales tomadas de las plantas. La información fue recabada mediante entrevistas a personas mayores de diversas comunidades del estado.

“Maruch no es un personaje desconocido, pues tiene una indudable trayectoria. Ha contado con el apoyo de la galería OMR (fundada en 1983 por Patricia Ortiz Monasterio, su actual directora, y Jaime Riestra, su esposo), donde le han dado cobertura incluso de talla internacional. Es una joya valiosa, pues también ha incursionado en el ámbito literario, por eso sigo sus pasos y me interesó mucho su actual proyecto.

“Mi función y compromiso como curadora de arte es buscar la vía para presentar la obra de aquellos artistas que no son muy conocidos o difundidos, eso lo hago como una propuesta, para brindarles oportunidades.

Me parece que sería muy importante que esta exhibición, así como las obras de otros artistas, fueran tomadas en cuenta para la Bienal de Venecia 2017, porque la fotografía indígena contemporánea otorga a México un producto de primer nivel, finalizó Suckaer.